jueves, 6 de marzo de 2008

Perestroika latina


Cambia el futuro del liderazgo en la región - La muerte del número dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y uno de los 7 miembros del secretariado de la organización, Raúl Reyes, ha desencadenado una grave crisis diplomática entre Bogotá, Quito y Caracas, que podría imprimirle un giro de 180 grados al liderazgo que intenta alcanzar Venezuela en la región. Reyes, antiguo empleado de Nestlé y reconocido por su línea dura en las negociaciones con el gobierno, fue el interlocutor de las FARC con la prensa y los gobiernos extranjeros en los últimos años, factor que lo colocaba en una posición de extrema vulnerabilidad. Tras este duro golpe asestado a las FARC y la presunta enfermedad terminal de Manuel Marulanda, alias "Tirofijo," puede estarse en presencia del "comienzo del fin" del movimiento insurreccional en Colombia. Adicionalmente, se suma a esta presunción el comunicado del grupo guerrillero en el que invita "a la firmeza revolucionaria, a no claudicar en el esfuerzo en favor del canje humanitario, a continuar nuestro propósito de paz y de construcción de una democracia efectiva con justicia social". Este acontecimiento le da un giro sustancial al panorama regional, pues se suma la situación de cambio de mando en Cuba, imprimiendo evidentes signos de debilitamiento en las aspiraciones con la isla, pues Raúl Castro tiene fama de ser mucho más pragmático que su hermano mayor. Desde que Raúl Castro asumió interinamente la presidencia de Cuba no han cesado los rumores de Perestroika en la isla. Nadie aspira a que el menor de los Castro -y antaño comunista de línea dura- resuelva los muchos y graves problemas de Cuba -transporte, vivienda, escasez de alimentos, bajos salarios, altos precios, imposibilidad de viajar, falta de acceso a Internet, mercado de divisas paralelo, apartheid turístico, tradicionalmente solapados bajo las absurdas premisas del "criminal bloqueo imperialista" o "guerra mediática de la mafia de Miami". Pero, para un país como Cuba, liderado durante medio siglo por una misma persona, el cambio, por muy limitado que sea, es importante. Chávez ha armado en lo que va de siglo un apreciable apoyo de leales, catalogados de semialineados frente a lo que le resta a Washington de apoyo irrestricto en la zona. Al lado del líder bolivariano militan el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, y el líder boliviano Evo Morales; por su parte el presidente ecuatoriano Rafael Correa ha demostrado ser un bolivariano independiente, distanciándose de la posición de Venezuela en casos como el de darle estatus de beligerancia a las FARC, pero acercándose para defender la posición de Venezuela frente a ExxonMobil. Ojalá que el envío de batallones a la frontera sirva para resguardar al país de una eventual escalada del conflicto, y del consiguiente riesgo de paso de la guerrilla a territorio nacional, y, que en ningún caso opere esta movida para brindar oxígeno a quienes han burlado sistemáticamente cualquier tentativa seria de alcanzar el acuerdo humanitario.

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