sábado, 27 de febrero de 2010

Asesinato social

Por: Agustín Blanco Muñoz - abm333@gmail.com - Es muy duro que a una sociedad se le caracterice por su condición asesina. En artículo anterior denunciamos el crimen ecológico adelantado en el Jardín Botánico de la UCV, donde se depreda para la construcción de un supuesto ‘Cafetín Ecológico’, que beneficiará a quienes nada tienen que ver con oxígeno o preservación de la capa de ozono. Pero lo mismo ocurre en todos los órdenes de esta sociedad. Aquí se acribilla con el hambre o el desempleo, la falta de atención hospitalaria o la bala de la inseguridad, en la cárcel o el barrio. La angustia a que somete esté régimen a la población hace posible que la muerte ande por todas partes. Y para que no se dude de la intención y acción guerrera, como arma fundamental de la llamada política revolucionaria, el régimen ha decretado la vigencia de la Campaña Admirable que refiere uno de los capítulos más criminales de ‘nuestra historia’. Es la liquidación de quienes no suscriban ‘el proceso’. Y con esa finalidad se ha creado todo un aparato armado que incluye desde órganos regulares hasta “grupos sociales” y paramilitares. Cuando un padre acusa a un grupo social como autor del asesinato de su hijo Andrew José Montaño de 21 años, se aviva alguna sorpresa: “No sé porqué el Gobierno apoya a una cuerda de sinvergüenzas, que supuestamente se dedican a trabajos sociales y lo que hacen es acribillar a muchachos.” (EN, 23/02/10). Y en VEA, 24/02/10, PJ Acosta Ríos refiere el caso y le atribuye al denunciante estas palabras: Si el Gobierno es capaz de permitir que estos delincuentes se establezcan bajo la fachada de ‘organizaciones sociales’ ¿qué quedará para el pueblo? Y concluye con una pregunta: ‘¿Infiltración paramilitar?’ No niega el aparato del asesinato social, sino que acude al expediente de los infiltrados sin hacer problema respecto a quién los permite. El golpista-presidente (GP) lo ha dicho demasiadas veces: esto es una guerra entre pueblo y oligarquía. Y si hace falta, la revolución pacífica empuñará las armas para consolidar su triunfo. Y no es simple amenaza. Este régimen necesita y adelanta todo tipo de guerra. Y por ello no es verdad que en este ex país “todos queremos convivencia”, como afirma Luis Ugalde (EN, 24/02/10). Porque aquí Sancho, la muerte ronda hasta en jardines botánicos y ‘grupos sociales para revolucionarios’!

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