Por: Jorge Ramos - El presidente venezolano Hugo Chávez puede ser muchas cosas. Pero, eso sí, no es un buen administrador. Resulta increíble que Venezuela, con una gigantesca riqueza petrolera, esté sumida en devaluaciones, apagones, cortes de agua y criminalidad. Por eso, en una reciente manifestación en su contra, se vieron varios carteles que decían: “Los tres ‘strikes’ de Chávez: inseguridad, cortes de luz y agua... Chávez, 'tas ponchao”. Efectivamente, luego de más de diez años al bate, se acabaron los jonrones para Chávez. El ‘Socialismo del Siglo XXI’ ha resultado un fiasco que se mide en una moneda devaluada, en los 50 asesinatos que ocurren en promedio cada fin de semana en Caracas, en un creciente número de noches sin electricidad y en duchas de tres minutos. Así explica Chávez su nueva técnica para bañarse sin desperdiciar agua: “Tres minutos he contado yo y no quedo hediendo”. ¿Cómo es posible que un país con una de las reservas petroleras más grandes del mundo viva una crisis como ésta y le falle en lo más básico a sus habitantes? ¿A dónde fue a parar tanto dinero? El escritor mexicano Carlos Fuentes vio venir las consecuencias del despilfarro de Chávez hace cuatro años. En una entrevista con la BBC de Londres, Fuentes dijo en febrero del 2006: “El de Chávez me parece un fenómeno de opereta. Creo que el buen señor desaparecerá pronto porque no tiene fundamento. Va a gastarse el dinero petrolero y luego va a desaparecer”. Fuentes, quien también ha calificado a Chávez como un “payaso continental” y un “Mussolini tropical”, tuvo razón. Chávez se ha gastado miles de millones de dólares de su reserva petrolera mientras los venezolanos ven deteriorarse su calidad de vida. Pero lo que no está muy claro es que Chávez vaya a desaparecer pronto. Él está más aferrado al poder que nunca. Chávez controla la asamblea, la Corte Suprema, el Ejército, al Consejo Nacional Electoral y prácticamente todos los medios de comunicación. Parece incapaz de la autocrítica. Y cualquiera de sus colaboradores que se atreva a cuestionar su gobierno o la dirección del país sabe que tiene sus días laborales contados. Basta ver las últimas “renuncias” de su Gabinete. El Gobierno se ha convertido en una maquinaria que promueve el culto a la personalidad de su presidente y censura cualquier disidencia. Chávez ni siquiera pudo tolerar a seis canales de cable internacionales que no transmitieron sus últimos discursos y los cerró (incluyendo Radio Caracas Televisión Internacional) . Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Chile se quejaron públicamente por esos cierres, pero nada cambió. Chávez ha abusado de las cadenas. Ha obligado a las televisoras a transmitir más de 2.000 de sus discursos a nivel nacional desde que entró a la presidencia en Febrero de 1999. Y solo el año pasado los obligó a transmitir 141 discursos. ¿Se imaginan si Obama pretendiera hacer lo mismo en Estados Unidos? “El presidente Chávez sigue avanzando en su estrategia contra los medios críticos”, me dijo en una entrevista José Miguel Vivanco, director para el continente americano de Human Rights Watch. “Los que critican son objeto de hostigamiento permanente. La estrategia es cerrarles los espacios y tratarlos como enemigos del país”. Chávez, por primera vez, está perdiendo el apoyo de los que lo llevaron al poder. La crisis económica mundial, a pesar de sus primeros y bravucones comentarios, sí ha afectado fuertemente a Venezuela. Ya no dispone de tanto dinero para regalar a los países miembros de la Alianza Bolivariana y para repartir entre los votantes venezolanos. Y ahora, sin dinero para despilfarrar, Chávez ha resultado ser un pésimo administrador y un mal gobernante. Así de sencillo. Por eso está silenciando a los pocos medios de comunicación que aún se atreven a decir la verdad sobre él y sobre la falta de libertades y esperanza en Venezuela. La prosperidad no surge de lemas. La suma de crisis en Venezuela ha desnudado al aprendiz de emperador. Los estudiantes, que nunca se han dejado impresionar por el autoritarismo de Chávez, lo han dicho mejor que nadie: “Tas ponchao”. Pero la tragedia de Venezuela es que, aun ponchado, Chávez sigue al bate y arremetiendo contra la oposición.
http://elpais.com.co/historico/feb072010/OPN/opi8.html
lunes, 8 de febrero de 2010
Chávez, ‘tas ponchao
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