Por: Hermann Stangl - Once años de altos niveles de corrupción, de una acelerada carrera armamentista para intimidar a sus vecinos, desproporcionadas ayudas a países amigos buscando su simpatía y apoyo político, expropiaciones de empresas privadas que desestimulan cualquier tipo de inversión, entre otro centenar de absurdas actuaciones, convierten ahora a la economía venezolana, en una verdadera bomba de tiempo. Serios problemas en la prestación de los servicios básicos, racionamientos, colapso en los servicios de salud y altísimos niveles de inseguridad y violencia, han generado un descontento generalizado de la población, quienes en cabeza de los estudiantes, tienen hoy en jaque al presidente Chávez, mientras éste continúa intensificando su revolución socialista, con el único objetivo de mantenerse en el poder. “Ángel de la guarda, dulce compañía, llévate bien lejos a Hugo Chávez Frías; y no lo devuelvas ni de noche ni de día, para que Venezuela tenga Paz, Agua y Energía”. Es el contenido de una pancarta con matiz jocoso, que esgrime un manifestante durante una de las tantas marchas que ocurren por estos días en contra de Chávez, la cual deja ver el real sentimiento del pueblo venezolano hacia su actual mandatario. El 70% de la población venezolana afirma que la calidad de vida en general se ha deteriorado. Adicionalmente, gracias a los altos ingresos petroleros, durante cinco años se mantuvo fijo el tipo de cambio, con lo cual se pretendía contrarrestar el incremento en los precios. Esta insostenible situación coloca ahora a Venezuela frente al serio problema de una inflación reprimida. Analizando los últimos acontecimientos de nuestro vecino país, quizás muchos empresarios están ilusionados pensando en que el derrumbamiento del gobierno Chávez está cerca, lo cual quizás los lleve a pensar en desplegar nuevamente estrategias para retomar dicho mercado. Deben hacerlo con prudencia, ya que de todas maneras, Venezuela quedará por varios años muy afectada económicamente. Sería más oportuno pensar ahora en mercados como Canadá, Chile, Brasil y Centroamérica, donde países como Honduras, están mostrando claramente mayor afinidad con nuestro modelo económico de libre empresa.
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martes, 9 de febrero de 2010
Economía Venezolana, Una Bomba de Tiempo
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