viernes, 2 de octubre de 2009

Seis años despues

“Nosotros no estamos en una lucha por cuatro paredes,
nosotros estamos en una lucha por nuestra Dignidad,
por nuestra ética y por nuestras familias…
Ya esto no es una casa, esto es un país, ya esto no es un
puesto de trabajo, esto es luchar por Venezuela, y por consiguiente
por lo más preciado que tenemos que son nuestros hijos…
… mis dos únicas armas son la Razón y la Constitución”
Oneida Perez de Marcano
Trabajadora desalojada
Octubre 2003


Por: Horacio Medina - Estas palabras pronunciadas por nuestra compañera Oneida Pérez quedaron grabadas para siempre en el Documental “El Valor de la Razón”, producido por nuestro sindicato Unapetrol, apoyado por la organización Gente del Petróleo y realizado gracias a la contribución de algunos compañeros y organizaciones de la Sociedad Civil. Estas palabras, en lo personal, han significado una de mis razones de vida, una de mis más importantes palancas motivacionales y una fuente inagotable de energía para perseverar en la lucha por los principios y valores que movieron a más de 23 mil familias de trabajadores de PDVSA. Lo que expresa “El Valor de la Razón” continúa siendo un acicate muy válido para buscar justicia. Para continuar luchando por la democracia, la libertad y la equidad social para Venezuela. Muchos compañeros ya no están físicamente con nosotros, su momento llegó y nos dejaron, algunos quizás adelantaron su partida agobiados por las angustias, la impotencia y la decepción, otros se fueron como consecuencia de la ausencia de los recursos monetarios robados por PDVSA de su caja de ahorros, sus jubilaciones y prestaciones, dinero necesario para afrontar enfermedades y contar con atención médica especializada. Otros compañeros tampoco están, ya que han decidido hacer mutis y cerrar capítulos, en la búsqueda de nuevos horizontes para ellos y sus familias. Decisión esta que aceptamos y entendemos, recordando que son decisiones individuales y muy personales como las que tomaron en el 2002 y, si en aquel momento las respetamos, también ahora lo hacemos. Antes las compartimos, ahora no, pero seguimos respetando y valorando lo que hicieron, sabemos, igualmente, que muchos continúan apoyando solidariamente a nuestras organizaciones y eso también lo valoramos, seguimos pensando que muchísimos de ellos estarán atentos cuando se escuchen las campanas de libertad para unirse a la construcción de un país distinto, pleno de libertad y democracia, guiados por una sensación de esperanza liderada por la juventud. Otro grupo, continúa en la primera línea de acción, dentro y fuera del país, haciendo esfuerzos cada vez más difíciles, manteniendo la esperanza y la luz de justicia. Muchos continúan confiados en que el “Valor de la Razón”, se impondrá sobre la fuerza de la violencia, de la mentira, de la destrucción de los valores éticos y los principios de dignidad. Apuesto con ellos a que los principios derrotaran a los intereses. Apuesto a que un país donde los jóvenes se manifiestan sin miedo, con perseverancia y con inconmensurables torrentes de dignidad, no puede sucumbir ante la ignominia y la barbarie. Cierto que para muchos yo podría estar equivocado en esta apuesta, pero no es menos cierto que nunca podré estar equivocado en apostar por los principios y valores de la dignidad, la libertad y la democracia. Seis años después, sigo apostando al “Valor de la Razón”.

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