sábado, 31 de octubre de 2009

Las 7 plagas de Egipto


Por: Francisco Rivero Valera - riverovfrancisco@hotmail.com - El Universal - Anoche soñé que el Innombrable era Faraón. No tenía la Mitra adornada con una cobra sino una boina roja con la corona Desheret como escudo. Tampoco tenía la manta de lino que llega hasta los tobillos sino un traje exclusivo de Giorgio Armani azul marino oscuro, en combo con corbata roja y zapatos italianos. No usaba collares ni pircing de oro cochano sino reloj Rolex, anillo, gemelos y pulsera hechos por Berma SAS en rue des Louvieres del Frambouhans francés. Y de pronto dijo: "yo soy Ramsés El Innombrable I, de la dinastía barinesa y dueño de la vida y de la muerte de este país". De inmediato, todos los integrantes de su corte cayeron rodilla y frente en tierra. Se escucharon los golpes de frente y de rodilla, pero fue un movimiento de grupo acoplado, rápido y fácil porque los hombres usaban mantas guajiras combinadas con turbantes del mismo multicolor, y las mujeres, algunos pantalones anchos para ocultar la celulitis y los "rollitos" de grasa abdominal. Y volvió a sentenciar en pocas palabras, durante 6 horas: "aquí hay mucho gordo. Les sale bajar de peso, cerrar el pico y hacer ejercicios. Ayuno pa' todo el mundo, pues". Silencio.
De pronto, uno de los de la corte, medio calvo, con ojos color miel y voz a bajo volumen, que sospecho era el más íntimo, se atrevió a decir en vibrato: "pero, majestad, en dieta estamos desde hace tiempo por el desabastecimiento del azúcar, el arroz, el aceite, el café, el jabón de olor, el papel sanitario y otras fuentes alimentarías". Y Ramsés el Innombrable I contestó con su acostumbrada sabiduría y decencia de gran faraón: "eso a mí me sabe a… (Pito de censura). Desde hoy también racionaremos la electricidad, el agua y hasta el aire, si es necesario. Hay que ajustarse los pantalones, es decir las mantas multicolores". Al fondo, un anciano tan enflaquecido que se le veía hasta el aire de los pulmones, al fin logró hablar para decir: "estas son las 7 plagas de Egipto". Y desperté de mi sueño.
Desperté tan conmocionado que acudí a la consulta del psiquiatra, de la astróloga, la adivina, la gitana, la acupunturista y hasta de la medicina sistémica. Todos me dijeron lo mismo: "mi sueño era un sueño hecho realidad" porque, piense en lo siguiente: vivimos en un país que lo tiene todo, comenzando con el 20 % del agua dulce total de América del Sur; petróleo, oro, uranio, hierro, montañas, llanos, costas; clima frío, tibio, calido; y múltiples riquezas más que deberían de ser utilizadas para mejorar la calidad de apenas 28 millones de habitantes.
Pero tenemos un gobierno comunista que nos ha traído, a cambio, las 7 plagas de Egipto. Cuente: el gobierno mismo, la inseguridad, la corrupción, el desempleo, la represión contra la disidencia y la libertad de expresión, ineficiencia en los servicios básicos como el agua, la electricidad y la alimentación; y la desaparición de la empresa privada. Y se pueden agregar otras plagas más: la inflación, control absoluto de los poderes, limitación de la libertad para viajar, violación de la Constitución Nacional, emigración de los venezolanos y otras que no caben en este espacio.
En consecuencia, esto ya no es un sueño sino una pesadilla hecha realidad, de la cual espero despertar en el 2010 con las elecciones para la Asamblea Nacional porque, como dice mi pueblo, "no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista".

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