Por: Gral. Juan Antonio Herrera Betancourt - Los ex funcionarios - Esa gran dama y extraordinaria profesional que es Mercedes Pulido de Briceño, cuando compartíamos en el Senado de la República, nos recordaba lo que su padre le decía a título de consejo refiriéndose a los funcionarios públicos: “Por la puerta que entras, por esa tendrás que salir”. Como advertencia a aquellos que en ejercicio de sus atribuciones se consideran enviados divinos con poderes para hacer lo que le venga en ganas, sin considerar que hay un basamento jurídico que orienta su actuación y el cual hay que cumplir, pues siempre se tendrá que rendir cuenta. En la historia de estos personajes, hay los que se han distinguido y dejan una estela de actuaciones y ejecuciones que les permiten seguir su vida con la frente en alto y presentarse ante cualquier escenario con la seguridad de que serán bien recibidos, pues siempre actuaron haciendo el bien dentro del ordenamiento jurídico. Hay otros, que solo la mención de su nombre causan un gran malestar y reciben el rechazo decidido de la colectividad. Ayer, el ministro de la defensa, General en Jefe Gustavo Rangel Briceño, fue sacado de su cargo en una forma muy triste y lamentable para él, pues ni reemplazo tuvo, ya que el Vicepresidente de la República asumió sus funciones como ministro encargado. En acción que dignifica a todos sus integrantes, el Grupo Pichincha, a través de su notable equipo jurídico, introdujo un Amparo Constitucional Autónomo contra la discriminació n constitucional de la Directiva de remuneraciones y otros beneficios socioeconómicos dictada por Ministro de la Defensa, a la cual la Sala Constitucional del Tribunal Supremos de Justicia dicto una Medida Cautelar Innominada, el 18 de marzo de 2008, donde ordenaba al ministro de la defensa, Gral. Rangel Briceño, pagarle el beneficio de alimentación al personal militar retirado en las mismas condiciones que se le paga a los activos. Se hicieron todas la gestiones posibles para que este ex ministro diera cumplimiento a lo ordenado por la Sala Constitucional , pero su prepotencia estaba por encima de todo y se negó a cumplir lo ordenado jurídicamente, colocándose como delincuente por el DESACATO a la máxima autoridad judicial del país. Que triste y lamentable la actuación de este ex ministro, y que dolorosa imagen deja ante todos sus colegas de la Fuerza Armada y la población en general. Esto debería servir de enseñanza para los que vienen, porque por más poderoso que se crea un hombre, siempre será una expresión minúscula ante la dignidad y la justicia, que siempre llega. Su triste historia apenas comienza a escribirse.
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