martes, 16 de diciembre de 2008

La amenaza sigue latente


Por: Ernesto García Mac Gregor - garciamacgregor@gmail.com - Estamos de acuerdo en que la oposición ganó tres nuevos e importantes estados para un total de cinco y que además de Caracas, controla seis capitales valiosas (Ciudad Bolívar, San Carlos, ciudad de Mérida, La Asunción, San Cristóbal y Maracaibo). Sin embargo, Chávez, aparte que mantuvo 17 de las 22 gobernaciones, se apoderó nada menos que del 80% de las 263 alcaldías del país. Por su parte, la oposición perdió 40 ayuntamientos de 100 que tenía, quedando sólo con 63. Cualitativamente, la oposición es más importante, pero en el total de votos, que es lo que realmente importa, Chávez es mayoritario y es quien controla las alcaldías, que representa el poder más cercano al pueblo. Por otra parte, debe quedar claro que la gran mayoría de los chavistas no está allí por motivaciones ideológicas o morales. Muy pocos creen en refritos revolucionarios pasados de moda. La casi totalidad de los que votan a favor, lo hacen por razones estrictamente monetarias. Empezando por los pobres, con el reparto de las misiones; los del PSUV con sus cambures y prebendas y los corruptos con el robo más descarado habido en este sufrido país. Incluso, las naciones oportunistas que apoyan a Chávez, lo hacen mientras puedan vaciarle el barril sin fondo de Miraflores. De allí la desesperación de Chávez ante la eminente crisis económica y social que se le avecina para mediados de año cuando el reparto no dé para mantener los programas sociales, los robos descarados y los regalos extorsionadores al exterior. Por eso la prisa de la enmienda para atornillarse en el poder. Sabe que el supuesto triunfo del 23N fue verdaderamente pírrico, porque con otra victoria como esa pierde la guerra. Sabe que la caridad y los regalos no aseguran fidelidad perruna y que pueblo hambreado no cree en payasadas. Pero también es cierto que Chávez perdió el 2D porque hasta los pobres temían que el comunismo les quitara sus casas, hijos y libertades. Ahora, la situación está camuflada como si se tratara de dar el apoyo al pobrecito presidente perseguido por la oligarquía. Por eso es importante divulgar que se trata de una patraña para aprobar leyes totalitarias y para volver al mismo socialismo del siglo XXI que fue ampliamente rechazado por la mayoría de la población. Que oiga quien tiene oídos.

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