domingo, 17 de agosto de 2008

Caimanes de un mismo charco

Por: Aramis - El affaire del Banco de Venezuela parece haber sido superado, como tantos otros escándalos, opacado por cualquier otro nuevo – Llámese así al exabrupto y extemporáneo acto de promulgación del último lote de leyes, amparadas en la Ley Habilitante- pero todo lo referente al Banco de Venezuela nunca deja de sorprender, más si de eso sólo sabemos algunos retazos dejados colar por quién sabe quién. Es algo público parte del asunto, pero en realidad desconocemos los orígenes y metas finales de la operación. Ante el velo de misterio y de cosa cocinada a la callada como se cuecen las cosas torcidas y malvadas, creo que es perfectamente lícita cualquier elucubración hecha al respecto, así que voy con mi propia versión que espero sirva de argumento a una mala novela de intriga y misterio. Verán, no dejo de pensar que la trama se estaba cocinando desde hace tiempo e involucra el asunto de las Notas Estructuradas que tiene en jaque a parte del sistema bancario hoy contra la pared por su avidez por el dinero fácil, pero todo lleva a pensar que eso es parte de una trampa tendida a Emilio Botín el Zar del Banco Santander, que al final de cuentas terminó golpeándose con sus propias espuelas. Me imagino que todo comenzó entre retorcijones de nuestro escatológico personaje – Parece muy dado a eso- y en eso que en el llano llama “Puntá’eCulo”, entre diarrea y diarrea que es cuando le funciona un poco el cerebro, cayó en cuenta que en vez estar creando banquitos traga dólares y bolívares, y dada la pública incompetencia y rapacería de sus ejecutivos, era más fácil ponerle la mano a un banco de mediano tamaño, con una buena estructura y tecnología, y para ello nada mejor que ponerle la mano al B.O.D., y de paso al Banco Consolidado, ambos de Víctor Vargas Irausquín (VVI), carnal del régimen y quien sería un buen gerente de la revolución. Al susodicho VVI no le gustó nada la idea de que le quitaran sus bancos, y tentó a nuestro personaje proponiéndole una botín mayor, El Banco de Venezuela, banco insignia de la república, ya que, quizás y debido a sus nexos con la madre patria, en donde casi es noble de refilón, estaba enterado de que el amigo Botín estaba tentado a abandonar su aventura en Venezuela. Todo el asunto no sería más que acelerar las cosas, empujarlo pués, y provocar el conveniente desenlace. Así y todo la trama era cosa de cirugía financiera mayor, algo que se escapa a la inteligencia de quien sólo conoce de administració n de cantinas y pulperías de cuartel, pero donde VVI se mueve holgadamente. VVI quedó a cargo de la operación. Lo primero era agitar el ambiente financiero y crear zozobra, para ello comenzó a maquinar el asunto de las Notas Estructuradas, ya que como cualquier otro banquero, sabía que ellas violaban lo establecido en la Ley de Bancos, y a pesar de las garantías ofrecidas por MinPoPoFin siempre serían una Espada de Damocles para el sistema financiero nacional. Como primera medida se deshace de sus propios papeles antes de que salga a la luz la nueva exigencia de la Superintendencia de Bancos en el sentido de que los bancos debías desprenderse de esas Notas en un plazo perentorio. Es por ello que en ese lío nunca se menciona al B.O.D. ni al Banco Consolidado. Un baño de agua fría para el sistema financiero. Aquí es cuando comienza lo torcido del plan. Le propone a Botín la compra del Banco de Venezuela por U$1200MM sabiendo que vale mucho más de eso, pero confía en que el zorro de Botín, deseoso de salir de Venezuela antes de que la cosa sea más grave, aceptaría la oferta. Naranjas , Botín sabe bien lo que vale el banco y espera mucho más, y es allí donde se lanza un anzuelo de lomito que el otro muerde sin dudar un instante. VVI le propone pagarle los $1200MM con las Notas Estructuradas que Botín podría luego vender en el mercado a dólar libre y obterner una suma de de bolívares que luego de la venta podría acudir a CADIVI a cambiarlos a dólar regulado alegando repatriación de inversión y dividendos, operación que supondría un beneficio adicional, grosso modo, de $600MM, es decir, obtendría un total de $1800MM por el banco, suma más que satisfactoria para el sagaz Zar del Santander, pero con un proceder que se podría considerar un fraude al Estado venezolano. Si me pongo en las botas de Botín, supongo que debe haber llamado a consulta a , Michel Goguikian, Presidente de la entidad en Venezuela, para oír su opinión, que debe haber sido positiva ya que al final se firmó un preacuerdo donde se fijó el precio de $1200MM que marcó la referencia a ser utilizada en la tramitación de las autorizaciones requeridas. ¿Estaba, estuvo o todavía está Michel Goguikian involucrado en el güiso?, … Vaya Ud. a saber, pero lo cierto es que su asesoría, en todo cas, fue muy pobre. Logrado el preacuerdo que amarra a Botín, es cuando interviene Chávez, que a sabiendas de lo que ocurre lo deja correr, espera hasta el final y entonces niega la autorización y además se convierte en el nuevo comprador al mismo precio mencionado en el preacuerdo, es decir, fija de una vez el precio en $1200MM, porque ¿cómo podría Botín estar en desacuerdo hoy con lo mismo que ayer firmó, cuando sólo cambia la figura del comprador?. En fin, Emilio Botín pretendió pasarse de listo a costa del Estado venezolano, VVI le tendió una trampa y Chávez haló la cuerda, total, todos caimanes de un mismo charco. ¿Qué el negocio es bueno para el país?, eso está por verse, salvo que, de refilón, se evitó un nuevo güiso en perjuicio de la nación y si aceptamos por buena la opinión de expertos - Merrill Lynch ve negativa compra del Banco de Venezuela -, sólo nos esperan tiempos grises a muy corto plazo.

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