lunes, 7 de abril de 2008

A, B, C, Autoritarismo


Por: Nelson Maica C. - ¿Qué es? ¿Qué entendemos por autoritarismo en la política venezolana? Para unos, una creencia política; para otros, una conducta. Y, así, por el estilo. Recogemos algunas acepciones: “Es una modalidad del ejercicio de la autoridad en las relaciones sociales, por parte de alguno o algunos de sus miembros, en la cual se extreman la ausencia de consenso, la irracionalidad y la falta de fundamentos en las decisiones, originando un orden social opresivo y carente de libertad para otra parte de los miembros del grupo social” (Wikipedia). “Por autoritarismo se entiende, en general, una autoridad opresiva que aplasta la libertad e impide la crítica”. Rubén Sánchez David. Pero es conveniente recordar obras que tienen que ver con la investigación y la formulación de cuanto pueda observarse sobre el autoritarismo: “El miedo a la libertad”, 1941, de Erich Fromm, 1900-1980, alemán, psicólogo social, psicoanalista y humanista; y, “La personalidad Autoritaria”, 1950, de Theodor Wiesengrund Adorno; 1903–1969, filósofo, sociólogo y musicólogo alemán. Anastasio Ovejero B, español, catedrático, sostiene que “el autoritarismo de las personas vendría determinado por algunas de las características psíquicas de la estructura de personalidad de esas personas autoritarias” . Y pare de contar. Son muchos y muy buenos. Los sinónimos que podemos repetir aquí para autoritarismo serian los siguientes: imperioso, mandón, déspota, dictador, tirano, despótico, dominante, absorbente, arbitrario, imperativo, abusivo, opresor, absoluto, injusto, cacique, autoritario, despótico, dominante, tiránico, orgulloso, altivo, despectivo. Y seguimos con autoritarismo: Creencia según la cual el poder público debe ejercerse sin atender a la aprobación que reciba por parte de los gobernados. De ahí que su aplicación a un sistema político sierva como sinónimo de dictadura o, mas eufemísticamente, para expresar su carácter no democrático, potencialmente arbitrario y represivo de la oposición política. No obstante el término ha adquirido importancia analítica en la ciencia política al haber sido contrapuesto por Juan José Linz Storch de Gracia, 1926, alemán, profesor de ciencia política en la Universidad de Yale, cuyo trabajo bien conocido versa sobre las teorías de los regímenes totalitarios y autoritarios, la quiebra de las democracias y las transiciones a regímenes democráticos, al concepto de totalitarismo. Un régimen autoritario no cuenta con una formulación ideológica claramente determinada sino que se apoya en conceptos amplios como “orden” o “patria”. Tampoco esta exclusivamente sustentado en un partido único, sino más bien en la burocracia y el ejército. Además, carece del deseo o la capacidad de promover constantemente movilizaciones masivas de apoyo y, aunque no existe división de poderes ni control al gobierno, se permite cierto margen de libertad limitada. Esto significa que no se reprime totalmente a la sociedad civil porque, si bien no se protegen las libertades individuales, se tolera determinada actividad económica y religiosa de ciertos grupos, los grupos seleccionados y/o acordados con el autoritario. No esta demás que reflexionemos sobre las semejanzas y diferencias entre absolutismo y autoritarismo y, de paso, sobre el régimen actual y los rasgos y comportamientos que tanto se parecen a esas practicas tan alejadas de nuestro propósito común de republica y democracia y libertad. “El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico” lo cual se puede concretizar cuando se combinan en él las tres orientaciones que forman el Síndrome de decadencia y que “mueve al hombre a destruir por el gusto a la destrucción y a odiar por el gusto de odiar”. Erich Fromm, 1900-1980, alemán, psicólogo social, psicoanalista y humanista.

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