Cada vez que el guerrero saca su espada, la utiliza. Puede servir para abrir un camino, ayudar a alguien, o alejar un peligro. Pero una espada es caprichosa y no le gusta ver su lámina expuesta sin razón. Por eso el guerrero, jamás amenaza. Puede atacar, defenderse, o huir, cualquiera de estas actitudes forma parte del combate. Lo que no forma parte del combate es desperdiciar la fuerza de un golpe hablando sobre él. Un guerrero de la luz está siempre atento a los movimientos de su espada. Pero no puede olvidar que la espada también está atenta a sus movimientos. Y ella no fue hecha para ser usada con la boca.
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