viernes, 17 de julio de 2009

La Máscara


ANALÍTICA - La represión no sirve para contener un pueblo que despierta y descubre que ya no cree en promesas, ni teme las amenazas de exclusión ni de castigos no sólo apocalípticos sino habitualmente injustos. Las recientes reacciones de un pueblo cansado por la arbitrariedad y el abuso de poder, se empiezan a manifestar en los cuatro puntos cardinales de la geografía nacional: Caucagua y Curiepe; la Costa Oriental del Lago; Puerto Ordaz y El Tigre, son algunos ejemplos en los que los ciudadanos y la clase obrera salen a la calle no por simple rebeldía política, sino porque toma posición, porque cansado de promesas y de olvidos, quiere dejar claro que lo de la voluntad popular y la democracia participativa son, más que conceptos, derechos que hay que tomar muy en cuenta y respetar. El gobierno ha olvidado que sin la participación popular, no es nada, independientemente de cuántos fusiles Kalashnikov, ni cuántas bombas de gas del bueno tenga en su arsenal; y que la participación popular puede que se consiga con sueños, pero se conserva sólo con hechos que el pueblo perciba beneficiosos. ¿Qué pasará en adelante?. Es muy difícil de predecirlo, pero sin duda que existe un creciente ambiente de decepción, cansancio y protesta. Como el gobierno se niega a escuchar y a dialogar, lo más probable es que las protestas se multipliquen y que, en consecuencia, como no hay diálogo posible, la represión se incremente como única salida, con lo cual la máscara de falsa democracia del régimen terminará desmoronándose y aparecerá el feo rostro de la dictadura militar.

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