Desde enero de este año, el Gobierno inició una implacable y pertinaz carrera para expropiar a las autoridades regionales de la alianza democrática mandato que les dio la población en noviembre de 2008. Con esto, lo que demuestra Hugo Chávez y sus subalternos en las distintas instancias de Gobierno, es un miedo garrafal. Oigan lo que cacarea y sabrán de lo que carece. Luego de diez años de poder absoluto y de disponer recursos a granel, el Gobierno de Hugo Chávez tiene muy pocos logros qué exhibir. Enfrentados a esa ruda realidad, los guardianes del proceso chavista temen que las buenas gestiones que puedan ejecutar los mandatarios de la oposición terminen de desenmascarar la ineptitud, la mala gerencia y la ineficiencia bolivariana: Y eso sin hablar de corrupción y otras menudencias. De allí la furia y la violenta agresividad que el Gobierno en todas sus instancias ha dirigido, muy especialmente, en contra de Antonio Ledezma, César Pérez Vivas y Henrique Capriles Radonski. En sus inicios, esta agresión se "limitaba" a despojar administrativamente a gobernadores y alcaldes opositores de sus competencias constitucionales y de los presupuestos que legalmente les corresponden. Luego vino la agresión física y los ataques de violentos del chavismo en contra de los gobernantes opositores y de sus funcionarios.Como si esto no fuera suficiente, desde hace unas cuantas semanas, la agresión oficial, con la Guardia Nacional a la cabeza, está traspasando esos "límites" para afectar a las poblaciones de los estados y municipios que gobierna la oposición. Tres hechos sirven para ilustrar la gravedad de la situación.A principios de julio, en algunas poblaciones de la zona de Barlovento en el Estado Miranda, donde gobierna Capriles Radonski, el Ejecutivo Nacional ordenó el desalojo de la Policía del Estado, sin razón lógica o legal que sustentara la decisión. La medida fue ejecutada a punta de arbitrariedad y de los fusiles de la Guardia Nacional. La resistencia de la población no se hizo esperar. En Caucagua se opusieron y obligaron a negociar con sus habitantes. En Curiepe, ya advertidos de lo que les venía, la resistencia fue más radical: Con tambores y piedras se enfrentaron a los efectivos. Al final, la Policía de Miranda salió de su sede y se ubicó en otro sitio. Curiepe está hoy bajo ocupación militar. El segundo caso ocurrió el 27 de julio en el Estado Táchira, gobernado por Pérez Vivas. Ese día insólitamente dos camiones de la 21 Brigada de Infantería del Ejército con efectivos militares irrumpieron en la Escuela Torbes de San Cristóbal para niños invidentes, y la desalojaron abruptamente de todos sus enseres y personal, para darla a un barrio adentro que la reclamaba. En esta escuela reciben clases 45 niños, y trabajan 31 profesores, personal administrativo y obrero. Sin importar, las razones que puedan esgrimirse para el brutal desalojo, es inadmisible que una escuela sea desalojada a punta de fusil.El tercer caso, se viene registrando desde la noche de este miércoles 29 de julio en la población de El Clavo, Municipio Acevedo, también en el Estado Miranda. Ahora el foco del ataque de la Guardia Nacional es un ambulatorio. Éste al ser desalojado por la fuerza se encontró con una decidida resistencia de la población, dejando un saldo de algunos habitantes heridos y otros presos. Además, de militarizar otra población. Este tipo de actitud es típica de gobiernos dictatoriales, que al no tener argumentos de convencimiento por la razón usan la fuerza bruta para lograr la subordinación. No en vano se dice que la violencia es el arma de los que no tienen la razón.. Disponible en inglés en: www.veneconomy. com a partir de las 4:00 p.m.
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