martes, 7 de julio de 2009

Chavez, la otra epidemia


Por: Eduardo Juan Salleras - Mientras nuestra presidente sigue viajando, más preocupada por el modelo “chavista” en Centroamérica, para que logre imponerse en Honduras, que por su propio modelo que se cae a pedazos, en nuestro país el desconcierto es inmenso ante la epidemia de gripe A (y ayer fue el dengue); la gente se muere, se toman medidas aisladas propias de la falta de conducción nacional, de anarquía burocrática, y como han dejado - hace un rato ya – de ser creíbles, el desconcierto y el temor, se abrazan a la pandemia y al pánico.Nosotros seguiremos analizando lo que el oficialismo considera una victoria, la paupérrima derrota del peronismo, gracias a que el “kirchnerismo” se colgó de sus emblemas. El gran ganador fue sin dudas: Cobos, quién deberá trabajar cuidadosamente, no sólo en un proyecto en serio de país para el 2011, sino en alianzas. Un gran derrotado fue Moyano, y deberá Venegas - líder de las 62 organizaciones - animarse a tomar el timón, a cambiar el rumbo, sumando a todas la corrientes gremiales (CTA inclusive) y democratizar la vida laboral. La historia se lo agradecerá. Juez se dio contra el techo, triunfó, pero están muy cerca quienes le pueden discutir el liderazgo en la provincia de Córdoba. Carrió debe pensar en otra cosa, replantearse su vida política. Parece que ya no está para las urnas. Binner, no fue esencialmente vencido, pero si no se propone dejar de mostrarse como té con limón, y toma una actitud de bebida vivificante, desgraciadamente el socialismo perderá a un importante exponente de la centro izquierda madura, que es muy necesaria para el país. La coalición cívica deberá manejarse con muchísimo cuidado, de lo contrario se transformará en colisión cívica, me refiero a la renuncia que debe hacer cualquiera, si pretende que su proyecto y participación lo supere a el mismo y al tiempo de su nacimiento. A los PRO les corresponde también hacer su propuesta estructural, seria, no como enunciados de propaganda, y al igual que los otros, con los otros, ir tachando puntos en común. No se si fueron los grandes ganadores, quizás únicamente los que se dieron el gusto de noquear a Kirchner en el último round. El país quedó extenuado de la campaña, hasta se podría decir: asqueado. Tuvo el placer de zamarrear al déspota y decirle: Esto no es así como UD quiere que sea. ¿Cree que entendió? ¿Considera que es capaz de reciclarse? Lo dudo. Es por ello y por conciencia nacional, que todos aquellos actores, que no fueron otra cosa que herramientas necesarias para propinarles la derrota, se despojen de los personalismos, y congenien más allá de las diferencias, que no se si las hay porque no han mostrado mucho, para reaccionar en defensa de las instituciones. ¿Qué hace la presidente Argentina en Honduras apoyando a Zelaya, quién fue destituido por el Congreso de su país por intentar violar la ley? ¿O apoyando a Chávez? ¿No fueron éstos los que se quejaron de las ingerencias de los EE UU en otros países? ¿Qué hacen metiendo las narices donde no les corresponde? No queremos una Argentina bolivariana les dijeron las urnas claramente a los Kirchner. No queremos una Argentina convulsiva, fue el mensaje claro del escrutinio. No queremos amigos o socios que nos prestan plata a intereses 3 veces más caros que el tan repudiado Fondo Monetario Internacional. Pero harán caso omiso a la voz del pueblo, a la voz del campo, a la voz del interior, a la voz de la oposición que hoy tiene más del 70 % de los votos. Tenemos suficientes problemas aquí como para estar ocupándonos de lo que pasa a miles de kilómetros, donde nadie los eligió. Está colapsada la salud, la gente se muere en medio de una epidemia, y por ende, la educación, que a lo mediocre, este año no completará el ciclo lectivo. También la seguridad que tiene en jaque al ciudadano común. Y la justicia, más atenta a las órdenes políticas que a las leyes. ¿Cuál función cumple éste Estado? ¿Le vamos a enseñar nosotros a los hondureños, respeto a las instituciones de la democracia, a la Constitución Nacional? ¡Ojo! Estemos atentos a la epidemia que se viene es otra…

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