Por: Simón Anduze G. - 1950. (Gobernaba Marcos Pérez Jiménez) - En la década de 1950, en la Creole (transnacional del petróleo antecesora de Lagovén) trabajaba Giménez, obrero electricista que llamábamos El Bachiller porque estudiaba de noche. Un sábado[1], después del trabajo, Giménez se fue a Catia –con la paga en el bolsillo– para tomarse unos tragos… Andaba medio jumo cuando un carro lo arrolló. Fue llevado al Puesto de Socorro de Salas donde le apreciaron fractura de una pierna con riesgo de ser amputada. Giménez estuvo hospitalizado por más de un mes, pero los médicos lograron salvarle la pierna. Cuando le dieron de alta, pidió sus pertenencias para vestirse e irse. Luego la enfermera se presentó con un zapato en la mano y le dijo: “Esto es todo lo que hay de su ropa”. ¿Usted cree –le preguntó Giménez– que yo andaba por la avenida Sucre de Catia, un sábado a las dos de la tarde, vestido sólo con un zapato?. Se decía que en Salas desvalijaban a los heridos o muertos que llegaban. 1970. (Gobernaba Carlos Andrés Pérez) - Después de la nacionalización del petróleo (1976), Pdvsa comenzó un plan de intercambio de personal con algunas de las “grandes” transnacionales del petróleo –British Petroleum, Exxon, Elf Aquitaine (luego Total)– con el propósito de adquirir nuevos conocimientos y tecnologías, y formar una sólida plantilla profesional. El intercambio fue muy bien pensado: de allá venía (a trabajar y enseñar) gente con experiencia, y de aquí enviábamos a jóvenes profesionales ávidos por aprender. El resultado fue asombroso: vi cómo “muchachos” alcanzaron posiciones gerenciales a la vuelta de 8 ó 10 años: ¡la meritocracia en marcha! De Inglaterra llegó un geólogo a Lagovén. Una mañana recibió una llamada: unos ladrones penetraron en su casa, amarraron a toda la familia y se llevaron múltiples enseres… le hablaba una de las niñas que logró desamarrarse. Lagovén movió sus contactos policiales y una comisión de la Policía Técnica Judicial se apersonó inmediatamente. Mientras tanto, cuando se dirigían al lugar de los hechos, el geólogo británico trataba de consolar a sus apesadumbrados colegas venezolanos: “Eso pasa en todo el mundo… eso es corriente en Londres”, les decía. Pero cuando llegó a su casa, la familia le informó: durante la inspección, los policías no permitieron la presencia de la familia y ahora faltan artículos que los ladrones no se habían llevado. La corrupción policial asustó al geólogo quien hizo arreglos para sacar su familia de este país, y se quedó aquí mientras duró su asignación. “No me preocupan los ladrones, me asusta la policía corrompida”, dijo para justificarse. 2009. (Gobierna Hugo Chávez Frías) - El jueves 02-04-2009, nuestro amigo Pedro Ramos –comisario jubilado de La Policía Metropolitana– se suicidó en Boca de Uchire. Actuaron el forense y la Cicpc de Barcelona, que no permitieron ser acompañados al momento de inspeccionar el cadáver. Luego los dolientes descubrieron un acto de ratería: faltaban bolígrafos y otros objetos menudos que estaban en la habitación donde Pedro yacía. Pero lo más notable fue cuando devolvieron la cartera del difunto a la viuda: sólo contenía veinte bolívares. Sin embargo, antes de tomar la decisión de suicidarse, Pedro estaba esperando a uno de sus hijos para ir a Barcelona para comprar repuestos de su automóvil, de modo que en la cartera deberían haber mucho más de 300 bolívares. Conclusión: la moral venezolana es antañona, lo que cambia son los actores.
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