Por: el Padre Carlos Ares - Yo entiendo que haya gente que no esté de acuerdo con Benito XVI, inclusive, que les caiga mal. Su anterior puesto en la Curia Vaticana como Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe lo hizo ver como el mastín que a dentelladas defiende la presa; recuerdo una publicación inglesa muy crítica que cada vez que se refería al Prefecto lo llamaba “The Rat Singer” (la rata que canta). Injusto precio que tuvo que pagar por defender lo que cree frente a algunos que querían hacer lo que les daba la gana, y sin embargo lo asumió con humildad y entereza y sin dejarse amilanar por la crítica continuó el trabajo pedido expresamente por Juan Pablo II. Una vez electo Sumo Pontífice la comparación no le favoreció… frente al Papa de la Sonrisa, el Papa viajero, el Papa Bueno, Juan Pablo II el Magno, se le veía como el alemán arribista que llegó solo por ser el segundo de abordo, y a toda la crítica acumulada en su servicio como Prefecto se le sumó el desdén con que se le veía como Papa al confrontarlo con la imagen de su antecesor Carol Wojtyla.Todo principio es penoso, ciertamente, y desde el inicio de su pontificado Benito XVI cometió ciertos deslices que le ganaron algún repudio en la opinión pública mundial (recordemos su confrontación con el mundo musulmán por el discurso pronunciado en la Universidad de Ratisbona). Esta situación marcó definitivamente la relación entre el Papa y la prensa internacional, tanto así que con el gesto de unidad y reconciliación que el Pontífice tuvo con la “Comunidad Sacerdotal San Pío X” (los seguidores de Marcel Lefebvre), la prensa lo redujo todo a las imbéciles declaraciones del obispo Williamson y sus falaces apreciaciones del holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial como queriendo poner a pelear al Vaticano con Israel y el mundo judío.En su viaje al África se tomaron fuera de contexto sus declaraciones acerca de la inefectividad del uso de los preservativos contra la epidemia del SIDA para crear revuelo mediático y acusarlo de estar fuera de la realidad, de querer seguir viviendo en el medioevo, de llamarlo fuente de atraso, aún cuando científicos de renombre internacional concuerdan con la posición de Benito XVI, pero eso no se toma en cuenta porque no contribuye al clima de confrontación gratuito que existe contra el PapaY ahora, como colofón de toda esta guerra periodística gratuita contra Ratzinger me encuentro con esta perla de la que en realidad no se si reir o llorar!!!Roma, 29 (LIP).- La frase pronunciada por Benedicto XVI durante el último ángelus en la plaza de San Pedro continúa suscitando una viva polémica dentro y fuera de la Iglesia. Como se recordará, el pasado domingo, cuando se asomó a la ventada de su apartamento para dirigirse a los fieles, el Papa exclamó “¡Qué buen día!” Ese comentario fue calificado de “irresponsable” por el portavoz del comisario para las ayudas humanitarias de la comisión europea, Louis Michel. “Son palabras, dijo, que pueden provocar que se baje la guardia en la lucha contra el flagelo de la sequía”.En una línea similar se expresaron los ejecutivos de varios países europeos. Eric Chevalier, portavoz del Quai d’Orsai, ha manifestado que Francia considera esa frase “un atentado a la laicidad, en cuanto supone una intromisión del Papa en cuestiones que van más allá de la esfera religiosa”. Por su parte, el gobierno belga ha convocado al nuncio del Papa en Bruselas para entregarle una nota verbal de protesta.Por lo que se refiere a España, la primera reacción fue del diputado José Blanco, vicesecretario general del PSOE, quien acusó a la Iglesia de “tener una postura hipócrita, de caminar hacia atrás y de defender posiciones rancias y antiguas”. El portavoz del grupo parlamentario socialista, José Antonio Alonso, afirmó que “el Papa vuelve a demostrar lo alejada que está la Iglesia de la sociedad y lo urgentes que son las reformas de modernización que propone el gobierno”. Anunció que, como gesto concreto, el primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido enviar un millón de paraguas gratis a zonas gravemente afectadas por las precipitaciones.Desde las páginas de “El País”, un grupo de científicos calificado como “la elite de la ciencia española”, ha denunciado el uso ideológico que el Papa hace de la meteorología: “el buen tiempo es una cuestión subjetiva”, afirman en un manifiesto. “El Papa no puede pretender imponer sus preferencias a los demás”. Esas consideraciones han llevado al diario “Público” a titular a toda página en su portada de hoy: “La Iglesia, culpable del tsunami”, ilustrándolo con una fotografía de archivo de la tragedia.En el frente interno de la Iglesia, el teólogo Juan José Tamayo escribe en “El País” que "con estas declaraciones, Ratzinger confirma su propósito de liquidar el espíritu del concilio Vaticano II. El abismo entre este Papa prisionero de la Curia y la figura paternal de Juan XXIII es cada día mayor”. Por esa razón, la asociación “Nosotros Somos Iglesia” anunció varias movilizaciones en favor del sacerdocio femenino.Pero el frente de la protesta ha atravesado también el Atlántico. Según informa el diario “El Mundo”, los abogados de la Asociación de Víctimas del Mal Tiempo, de Estados Unidos, han presentado una demanda que podría costar al Vaticano unos quinientos millones de dólares.En unas declaraciones al mismo diario, el portavoz de la Coordinadora Estatal de Gays y Lésbicas ha manifestado su repulsa ante “esta nueva muestra de actitud homofóbica de la Iglesia”, y denuncia “el uso sexista” que el Vaticano hace de los términos “día” y “jornada”.La polémica se acentuó cuando el Vaticano divulgó una trascripción de las palabras que difería de las realmente pronunciadas por el Papa, pues en ella se leía “Probablemente hace una buena jornada”, en vez del “¡Qué buen día!” que registraron los testigos presenciales. El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, precisó que, en cualquier caso, las palabras de Benedicto XVI se insertaban en “la tradición de la Iglesia de afrontar el mal tiempo con buena cara”. (Tomado de La Iglesia en la Prensa )Osea, el Papa se asoma al balcón, dice: “Qué buen día” y todo el mundo le cae encima!!!. No joda! Provoca mandarlos a comer mierda a todos, pero no lo voy a hacer porque estamos aún en Semana Santa, pero lo que si denota es el encono que ciertos medios y organizaciones tienen contra el sucesor de Pedro.En realidad todo lo anterior es una parodia bien montada, pero ilustrativa de la relación que existe entre el Pontífice y la Prensa Internacional. Lamento si creiste a pie juntillas el artículo de "La Iglesia en la Prensa", pero si te ayuda a darle la justa medida al injusto tono de confrontación que tienen contra Benito, entonces habrá logrado su objetivo.Lo cierto es que, antes de proclamar tu animadversión contra Benito XVI, pregúntate si en realidad no estás siendo un simple peón de toda una campaña internacional dedicada a amargarle la vida gratuitamente al Papa.
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