sábado, 11 de abril de 2009

De Mohamed Merhi - Lean con atención. Y que NADIE dude de lo que dice.


Queridos hermanos y hermanas, Fue glorioso aquel día cuando salimos a las calles de Caracas y logramos restaurar nuestra democracia en donde mi hijo Jesús junto a otros mártires dieron sus vidas para lograr este noble objetivo. Los criminales habían planificado la masacre desde las más altas esferas del poder para luego salir huyendo como ratas a esconderse entre embajadas y sótanos. Hasta allí llegó la gloria porque en menos de 48 horas, políticos ineptos, enceguecidos por un pasado turbio, junto a militares corruptos y cobardes, sin medir las devastadoras consecuencias, devolvieron a los criminales al poder habiendo estos cometido la más infame de las masacres, la del 11 de Abril 2002. Pero este no es tiempo de odio ni mucho menos el echarle la culpa a alguien. Somos responsables por lo que nos sucede, ya que esta es la esencia del libre albedrio bajo el cual fuimos creados los seres humanos. No hay duda de que SÍ hay Justicia Divina que nos espera a todos y de que los criminales y sus cómplices tarde o temprano pagaran, lo importante es saber que hacemos ahora para cumplir el objetivo de nuestros mártires en restaurar la democracia y hacer justicia por todos los crímenes políticos que han ocurrido en nuestro país durante los últimos 10 años de este gobierno criminal. Mis sugerencias no han cambiado mucho durante todos estos años de lucha: Primero, “abrir los ojos”, no juzgar por la palabra sino por los resultados: ¿Quienes son aquellos, que desde las filas de los demócratas están ayudando encubiertamente a los criminales mantenerse en el poder? Ya basta que sigamos permitiendo que nos sigan engañado con mil artimañas. Segundo, cuidar activamente nuestra ética personal para no continuar mereciendo lo que nos está pasando. El mismo Libertador Simón Bolívar había dicho que cada pueble tiene el gobierno que merece, y ya son 10 años para que todo esto sea una mera casualidad. Tercero, Seguir luchando con todos los medios a nuestro alcance hasta lograr recuperar la libertad y el futuro para nuestros hijos ya que no es justo entregarles un país con Hugo y su descendencia destruyendo lo que a nuestros padres les costó tanto construir. Y por último, no dejar que el odio se apodere de nuestras almas ya que corramos el riesgo de que el odio nos consuma antes de lograr nuestros objetivos. Los dejo con el lema que nos tuvo una época muy grandes y unidos: ¡PROHIBIDO OLVIDAR!

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