miércoles, 13 de agosto de 2008

La respuesta que tenemos que dar


Por: Mercedes Montero - Mechemon99@yahoo.co.uk - Una Tribuna para voces del decoro - Si en algo el régimen ha sido astuto es en la procura de un marco legal que le de aval para imponer un sistema de gobierno que aunque totalmente contrario a los intereses ciudadanos, le permita al primer mandatario y sus aliados someter a la nación y esquilmar a Venezuela de todos sus recursos para propagar la "revolución" a toda Latinoamérica. La prueba más evidente de la aplicación eficiente de esta estrategia la vemos en la dependencia de todos los poderes al Ejecutivo. La Ley del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), permitió que sus magistrados, contrariando al concepto de justicia, gritaran ¡UH! ¡AH! ¡Chávez no se va!.Quien puede dudar después de tal manifestación de alianza con el presidente, que habrá justicia en el magno tribunal para los opositores. Lo anterior es la explicación de la declaración como leyes orgánicas por parte del TSJ de las 26 leyes publicadas con sólo títulos en Gaceta Oficial, el 31 de julio de 2008, último día del período otorgado por la Asamblea Nacional al Presidente, para legislar. Esas 26 variadas leyes, regulan aspectos importantísimos de la vida de los venezolanos, que al ser analizados por diferentes juristas especializados en las materias que tratan, han traído una reacción contundente por parte de organizaciones y ciudadanos que plenamente conscientes de su significado han ejercido su derecho a la protesta. Los ciudadanos comunes están desorientados sobre cual es la respuesta que debe ser dada ante este nuevo atropello, que puede ser catalogado como un golpe de estado a la nación. En cuanto al tipo de respuesta, están la protesta y la reacción acorde con la gravedad del atropello. Tenemos ejemplos de ambas. La marcha del pasado sábado 9 de agosto, tenía mucha gente, pancartas, música en camiones con parlantes, La primera causa de la protesta era las inhabilitaciones y "además" el paquete de las 26 leyes. La forma, responde a lo que se ha venido haciendo desde que comenzaron las protestas por las arbitrariedades del régimen, y, el resultado es que se son más de lo mismo. El fondo: ambas causas de protesta son gravísimas, pero tenemos que estar conscientes que ha habido inhabilitaciones, porque hay un marco legal diseñado e impuesto por el régimen que así lo permite. Entonces, lo primero que habría que hacer es protestar para derogar esas leyes irritas que limitan y cercenan nuestros derechos. Al protestar colocando las causas en orden inverso, se está dando legitimidad al marco legal construido por el régimen para hacer de Venezuela una cárcel que encierre a la nación. Una respuesta más acorde con la naturaleza del atropello infligido, es el llamado de un grupo de ciudadanos a realizar acciones democráticas pero contundentes, en las que se llama a las cosas por su nombre y se denuncian en forma clara las consecuencias que tendrán para la nación. Por ejemplo la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, que le deja el camino abierto al gobierno para expropiar lo que desee. O, la nueva ley que regula la FAN y le permite a ciudadanos extranjeros llegar a grado de coronel, e incorpora milicias populares a esa FAN… Que el gobierno nos diga lo que debemos y podemos comer, lo cual abre el camino para que en Venezuela al igual que en el Zimbabwe de Mugabe se utilice el acceso a la comida como herramienta de sometimiento a la voluntad de un dictador. Si estás conmigo, comerás, de lo contrario morirás de hambre. La imposición de estas 26 leyes necesita una respuesta contundente, responsable, pero acorde con el tamaño de la agresión de la que hemos sido objeto.

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