sábado, 3 de octubre de 2009

La politica (los politiqueria diria yo) condenaron las luchas vecinales


Por: Beatriz Cruz Salazar - bcruz@eluniversal. com - La política congeló las luchas vecinales. Las comunidades y organizaciones civiles celebran hoy el Día del Vecino. Los expertos recomiendan retomar las organizaciones ciudadanas y volver a discutir los temas del colectivo, dejando de lado los intereses partidistas. Con una recolección de firmas se consolidó, hace 28 años, un movimiento vecinal que tímidamente empezó a formarse luego del fin de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez. Hablar de participación ciudadana en aquella época, ciertamente, era una novedad. Teníamos un país enfermo, desactivado, con una débil democracia", recuerda Ligia Gerbasi, de la Asociación de Vecinos de La Floresta, quien asegura que se cometieron errores, pero también alcanzaron logros. El proceso no fue fácil y tampoco había un modelo a seguir. "No estábamos organizados, encontramos unos municipios sin leyes ni ordenanzas y nos preocupaban el desarrollo urbano, la calidad de vida, el ambiente y los servicios. Lo que queríamos era una sociedad más participativa y una mejor gestión pública", apunta por su parte Dilia Gallamini, quien también fue parte del movimiento vecinal. Pero hoy, los vecinos ven nuevamente con preocupación cómo la política ha debilitado los lazos de muchas organizaciones comunitarias. "La política ha desmembrado al movimiento. También la confusión porque nadie sabía cuál sería el futuro de las asociaciones de vecinos frente a los consejos comunales y algunas desaparecieron" , dice Kiomara Escovino, secretaria general de Asopraes. Como dirigente vecinal, Gerbasi teme que la ciudad siga sufriendo los síntomas de la polarización política. Cree que muchos han dejado de pensar en el colectivo y en las luchas por el ambiente. "Se nos están derritiendo los esfuerzos", advierte preocupada, y asegura que la mejor manera de combatir el miedo a participar es reactivando las organizaciones vecinales. A sus 85 años, Carmen Alicia Beaujon cuenta que incluso antes de que habitara su casa en Prados del Este decidió unirse a la Asociación de Vecinos. Por sus años de experiencia afirma que es un error confundir la política con las luchas vecinales, porque las comunidades, a fin de cuenta, son heterogéneas. Batallas que se renuevan El 3 de octubre de 1981 las asociaciones de vecinos celebraron junto a la Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas (Facur) y la Coordinadora de Asovecinos del Sureste (Comsureste) las recolección de 20 mil firmas contra la Ordenanza de Áreas Especiales. La jornada de recolección de rúbricas, la posterior aprobación de la Ordenanza del Sureste que condicionaba la creación de nuevos desarrollos a la presencia de servicios públicos básicos, la lucha por la salida de los vuelos de La Carlota, la creación del parque Cuevas del Indio para preservar las cuevas de El Cafetal, son algunas de las luchas más destacadas del movimiento vecinal, según recuerda Elías Santana, representante de la Escuela de Ciudadanos. Hoy, son muchos los que lamentan la pérdida de esos logros que tanto celebraron los vecinos en las décadas de los 70 y 80. "Claro que me siento frustrada, pero no por eso tiro la toalla, hasta que me muera voy a seguir luchando y recordando días como éste", afirma Beaujon cuando habla del exceso de construcciones que se aprueban en el sureste, sin garantizar servicios. Pero las guerras que se libraron en el pasado aún no están del todo perdidas. Basta recordar la campaña para la creación de un parque verde en La Carlota o la advertencia que hace un año dio la Coordinadora de las Asociaciones de Vecinos de la Hoya de El Cafetal, Coracafe, sobre la avalancha de vehículos que traerían los nuevos urbanismos vecinos al sector. "Muchas veces nos sentimos agobiados como ciudadanos porque uno inicia sus luchas con emoción, pero no obtiene resultados o respuesta de las autoridades" , dice Elsa Salazar, representante de Coracafe. A diferencia de las generaciones pasadas, Elías Santana está convencido de que actualmente hay más recursos para desarrollar la lucha vecinal. "Hoy existen más recursos para comunicar, informar y consultar la opinión de los demás y hay más conciencia del ciudadano", dice. Y aunque la fecha puede pasar por debajo de la mesa para algunos, Gerbasi está convencida que el Día del Vecino es la prueba de que el trabajo en equipo puede obtener grandes logros.

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