EDITORIAL - El Nóbel: ¿de la Paz o del marketing?- http://www.elimparc ial.es/opinion/ editoriales - Da la impresión de que Barak Obama ha empezado su mandato con buen pie. A nivel interno, su índice de popularidad, aunque muy disminuido, puede catalogarse de bueno y, en el plano internacional, las simpatías que despierta son notables. Solo así se explica que le hayan concedido el Premio Nobel de la Paz, un galardón no siempre exento de polémica. En esta ocasión, hasta el propio Obama se ha sorprendido de una distinción para la que no puede decirse que haya acumulado muchos méritos, entre otras razones porque no ha hecho más que empezar. Lo que ha abierto han sido grandes expectativas y algunos primeros pasos en aras a una nueva manera de concebir la política exterior, como el cierre de Guantánamo, la fecha de caducidad de la estancia en Irak y la mano tendida hacia el mundo islámico. Poco más. Ni bueno ni malo; fundamentalmente, porque aún no ha tenido tiempo. Obama alcanzó la presidencia de Estados Unidos a finales de enero de 2009 y, si se tiene en cuenta que la concesión de los Nobel suele hacerse en virtud a toda una trayectoria vital, cuesta entender cómo una persona se hace merecedora de semejante título en sólo ocho meses de mandato. Porque este tipo de premios no se conceden a lo que una persona puede llegar a hacer, sino a lo que ya ha hecho. Seguramente, la nómina de posibles candidatos que se han quedado en el camino está plagada de gente con importantísimos méritos, aunque sin la aureola de fascinación que despierta Obama. Quizá la Academia sueca haya pecado de precipitación, sucumbiendo además a los encantos mediáticos de un hombre que hoy por hoy encarna como nadie el prototipo de lo políticamente correcto. Pero nada más. El tiempo dirá si el premio es justo o no. De momento, prematuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario