miércoles, 8 de julio de 2009

Ledezma morirá de mengua (y despues de escuchar a Ocariz ¡NO LO DUDO!)


Por: Roberto Olivares - robertocarlo14@hotmail.com - Uno de los errores más graves que puede cometer un servidor público, es sin duda alguna la escasez de olfato político. La huelga de hambre iniciada por el alcalde mayor de Caracas Antonio Ledezma, el viernes pasado; no tendrá un final feliz ni para Ledezma, ni para los trabajadores de la alcaldía mayor que con tanto sacrificio y valentía lo acompañan. Lamentablemente para Ledezma, el país se encuentra todavía en pañales en lo que a autosacrificios respecta, y esa decisión de auto flagelarse en la sede de la OEA para llamar la atención del inefable Insulza y de la comunidad internacional, no tiene cabida en la decadente Venezuela de hoy en día. Un gesto noble sin lugar a dudas, pero poco inteligente y muy a destiempo. Si pensaba Ledezma que con semejante decisión iba a levantar pasiones y solidaridades entre la población venezolana, su conjetura no pudo ser mas errada. La gente en Venezuela, sobre todo los casi 800 mil caraqueños que votaron por Ledezma en las pasadas elecciones de noviembre, han perdido la esperanza. Ya nadie cree en salidas pacíficas, y mucho menos en actuaciones “ghandinianas” que sólo sirven para terminar de desmoralizar a la ínfima población que todavía alberga algún tipo de esperanza democrática. No es mi intención menospreciar a Ledezma ni mucho menos, de hecho, me parece que su arrojo y valentía han sido demostrados un sin fin de oportunidades a lo largo de su dilatada trayectoria política, y todos sabemos que ha sido uno de los pocos políticos que se le ha parado de frente al dictador sin tapujos de ningún tipo. Tristemente para Ledezma y sus solidarios trabajadores metropolitanos, la mayoría de los venezolanos, incluidos los que todavía de buena fe creen ciegamente en el ahijado de Fidel, saben que la salida de Chávez será violenta. Si de verdad el país estuviera preparado moralmente para comprender la magnitud de una acción tan desprendida y abnegada cómo la que realiza actualmente Ledezma, la sede de la OEA se hubiera visto colmada de ciudadanos en menos de 48 horas, y las calles de la capital ya se hubieran desbordado en apoyo incondicional a tan brioso ser humano. Pero así cómo no hay tiempo ni siquiera para visitar a los presos políticos, mucho menos hay tiempo para ir a la OEA y solidarizarse con Ledezma. En el país de los antivalores, el egoísmo y la charlatanería, son la norma. Lo que la gente no entiende es que el acto de Ledezma no es egocéntrico, ni político; es un acto de defensa en favor de sus votantes, y de la “legalidad constituida” que tanto a defendido la OEA y la comunidad internacional en el caso hondureño. Así cómo Zelaya fue apartado del poder a los ramazos, según la OEA y los EEUU, Ledezma también sufrió un golpe constitucional sistemático, público y notorio, por parte del dictador venezolano. El problema fundamental de la sociedad venezolana además del conformismo, es la idea mal infundada de que en algún momento alguien hará por nosotros, lo que nosotros no hemos sido capaces de realizar por nosotros mismos. Hasta hace poco clamaban por un líder opositor con “esféricas” e ideas concisas, pero ahora que tienen a Ledezma arriesgando su vida por la democracia, lo dejan sólo en su calamitosa existencia. Se dan cuenta que nuestra disyuntiva no proviene de Chávez, ni de la oposición, ni de los militares. El grave problema venezolano comienza con nosotros mismos cómo país, pueblo, y ciudadanos tercer mundistas. Venezuela estará lista para derrocar a Chávez el día en que un gesto tan heroico y magnánimo, sea retribuido de manera contundente y fraternal por parte de la mayoría de los ciudadanos. Si tan sólo una quinta parte de los votantes de Ledezma lo estuvieran apoyando, otro gallo cantaría. Por ahora alcalde Ledezma se le reconoce su ilustre gesto, pero asombrosamente en la Venezuela de hoy en día: ¡usted morirá de mengua! “La popularidad y el poder que logra el líder de una nación es proporcional a la idiotez de sus habitantes” - Winston Churchill. Patria, Democracia y Libertad!

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