El sociólogo Carlos Raúl Hernández no se anda con medias tintas - "El país está harto de que los partidos vengan con excusas" - Carlos Raúl Hernández insta a la oposición a dejar de deshojar la margarita. Carlos Raúl Hernández critica que la dirigencia de la oposición está contaminada de "caudillismo" - Advierte en términos descarnados a la dirigencia de los partidos políticos de la oposición que "ya el país está harto de que siempre le vengan con una excusa". "Sería un acto de dadaísmo y de extrema ingenuidad que alguien pretenda salvarse solo o esté pensando en candidaturas presidenciales. Aquí lo que hay son candidatos a la cárcel de El Rodeo". Aunque advierte que puede sonar muy categórico, asevera que "tenemos que acostumbrarnos a la idea de que a partir del referendo de febrero estamos viviendo en una dictadura. Independientemente de que haya divergencias en la caracterización del proceso, debemos comportarnos y actuar conforme a que estamos en esa situación". Hernández, académico de la UCV alejado hace años de la militancia política, asumió el año pasado la jefatura de campaña de Antonio Ledezma (ABP) en su lucha por la Alcaldía Metropolitana. Hoy, además de seguir al lado del alcalde metropolitano, está activando, junto con otros académicos, un movimiento de resistencia que anime a organizarse a los ciudadanos que hoy se sienten inermes. Sugiere la constitución de un grupo de defensa de los presos políticos, encabezado por las esposas de los comisarios de la Policía Metropolitana, recién condenados a 30 años de cárcel. "Creo que cada quien debe iniciar la organización alrededor de sus grupos de interés y dejar atrás todos los recelos que hacen que esto no termine de consolidarse. La gente tiene que estar atenta a lo que hagan los partidos políticos, pero también tienen que desarrollar su propia lucha social y esos movimientos surgirán mientras los partidos deshojan la margarita. Ellos pagarán el costo de ese comportamiento. La oposición no puede agotarse en una discusión ociosa sobre el sexo de los ángeles, se trata de enfrentar la arremetida del chavismo. Todo lo demás es un debate académico". Hernández fustiga las divergencias personales que hacen mella en el objetivo superior de alcanzar la unidad de la oposición y rechaza la paralización de la dirigencia por diferir en la valoración de lo que sucede. "Todo el mundo sabe que Chávez no está jugando. Lo que dice que va a hacer, lo hace. Está desvalijando las alcaldías, acabando con las pocas reservas de fuerza de los grupos democráticos, afecta la propiedad privada y va a aprobar esa ley (Ley para la Ordenación del Territorio) para despojar a sus propios gobernadores. La amenaza no es sólo contra la oposición, sino que se voltea contra el propio chavismo y eso va a producir nuevos desprendimientos". Dice que la historia ha mostrado dos maneras de enfrentar a las dictaduras en Venezuela. "El 23 de enero de 1958 fue posible gracias a que Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y Rafael Caldera, que tenían entre ellos rivalidades personales terribles y competencias ideológicas muy recias, pudieron, a pesar de eso, crear una alianza competitiva que fue el Pacto de Punto Fijo. Hubo unos principios: nadie sacrificaba su perfil ideológico ni sus ideales ni sus aspiraciones, pero estaban indisolublemente unidos por los objetivos comunes de un pacto de hierro que defendía las instituciones democráticas. A diferencia de eso está la oposición a Juan Vicente Gómez, que pasó 27 años sacándose la lengua y torciéndose los ojos entre sus dirigentes. Eso le permitió a Gómez gobernar 27 años. Allí hay dos modelos y hay que decidir cuál es el que quiere seguir la oposición venezolana". "Ese tipo de inquina, que se pelean por cosas tan menores, es típico en procesos de entronización autoritaria y lo que queda en evidencia es que el liderazgo democrático actual se está contagiando del caudillismo. No olvidemos que la derrota electoral de noviembre en Bolívar, Mérida, Yaracuy, Barinas, Valencia o Maracay, fue por la incapacidad de no ver el problema que tenían en frente, por falta de unidad. La ciudadanía democrática está esperando que este tipo de crímenes políticos contra el país no se sigan cometiendo. Siempre hay quien defiende a los partidos hasta en las peores circunstancias, pero la gente no les va a perdonar que sigan así".
De acuerdo con Carlos Hernandez...pero los PP son un mal necesario ¿Como podemos organizar masas sin la dirigencia de estos?, que hay corruptos,arribistas y trepadores los hay,detectemoslos y rechacemoslos publicamente pero sin el fanatismo chavista q' tanto daño nos ha hecho.
ResponderEliminarFanatismo el que esgrimen personas como Enrique Ochoa Antich quien hoy en la red de Twitter, ante tres preguntas directas que le hiciera, me respondió lo siguiente para soslayar las respuestas:
ResponderEliminarRT@EOchoaAntich @magdamascioli A veces hablas como chavista: no le hagamos el juego al enemigo! Con amigos así...
Esa fue la respuesta de Ochoa Antich ante tres preguntas de una ciudadana. Ud. me dirá entonces quiénes son fanáticos al punto de catalogar a una persona de oposición como chavista, solamente porque le formulé preguntas que evidentemente no puede responder sin que se les caiga el parapeto de negociaciones que deben tener entre manos obviamente, a espaldas de los ciudadanos. El que yo sea chavista o no, no es cuestión relevante y no es cuestión que les debe interesar a los politicos. El punto es que los politicos creen que no tienen obligación de rendir explicaciones y cuentas a los ciudadanos y están MUY equivocados. Tienen que rendir cuentas a chavistas, a no chavistas y a TODOS los ciudadanos. Ese, es el punto. Magda