lunes, 9 de marzo de 2009

Venezuela se encamina a ser un país monoproductor en la revolución


Entrevista a Eduardo Gomez Cigala - Presidente de Conindustria - Por: Lourdes Rojas - "Lo que está sucediendo en el país es una destrucción de la producción. No sólo de la producción primaria, también la industrial, y ahora viene el control de la comercialización", alertó el presidente de Conindustria, Eduardo Gómez Sigala, ante las acciones del gobierno nacional de intervenir algunas plantas procesadoras de alimentos que están en manos del sector privado, bajo el argumento de proteger a la población venezolana del desabastecimiento. Las medidas se iniciaron el pasado 27 de febrero con Arroz Primor, ubicada en Calabozo, estado Guárico, perteneciente a Empresas Polar. Otras, como Arroz Mary, también fueron inspeccionadas por los funcionarios gubernamentales, mientras que Cargill de Venezuela enfrentó con sorpresa el anuncio de expropiación a su planta. En un encuentro con Ricardo Degwitz, presidente de Notitarde; Hugo Fonseca Viso, miembro de la junta directiva del diario; Lucy Gómez, jefa de la Corresponsalí a en Caracas; los periodistas Jesús Castro y Elizabeth Ostos; el fotógrafo Lisandro Casaña y quien suscribe esta nota, Gómez Sigala consideró que obligar a las empresas a producir a pérdida es inconstitucional, y sólo es viable en un esquema comunista. "En definitiva la economía te da el derecho a que tú te dediques a la actividad de tu preferencia y que obtengas una rentabilidad de eso; de lo contrario, los negocios no funcionan", subrayó. Afirmó que Venezuela se encamina a ser un país monoproductor en manos de un proyecto revolucionario que en vez de alentar la producción interna la contraría, a través del congelamiento de precios que ya lleva 5 años, e inundando el mercado con sellos importados, sostenidos por el ingreso petrolero. Recalcó que el gobierno "nos está conduciendo a un desajuste macroeconómico terrible que va a afectar a la población con tres consecuencias que son inevitables: la inflación, el desabastecimiento y falta de empleo". Y va mucho más allá al asegurar que "cuando un presidente anuncia que si aquí hay un Caracazo, él se va a incorporar entre los agitadores, es un anticipo de lo que pueda ocurrir en Venezuela, y eso demuestra una gran debilidad frente a hechos de inestabilidad social que con toda seguridad veremos". - ¿Qué está sucediendo en las industrias? - El problema no es solamente hoy de la industria, sino que será de los agricultores. Las empresas probablemente liquiden sus inventarios de materias primas, pero no van a poder tener la caja para volver a comprar la cosecha. Así como en el caso del arroz saborizado era lo que permitía dar un flujo de caja y compensar las pérdidas que el otro arroz le daba, ahora obligan a vender el 80% del producto controlado. Igualmente sucede con el caso del azúcar industrial. La siembra de arroz en 2008 fue 40 mil toneladas, este año va en 29 mil. La caña de azúcar está cayendo en el tonelaje. Antes las importaciones de azúcar en Venezuela eran del 30% para compensar la producción interna, ahora son del 60%. Esos son cambios en los patrones de producción que lo que demuestran es una destrucción del aparato productivo. - ¿Se justifica el control de precios frente a la inflación existente? - No es control de precios, sino congelamiento. Es un absurdo cuando en muchos productos regulados el procesador pierde entre el 60% y el 70% del valor de venta. Las empresas evidentemente asumirán sus pérdidas, pero no tienen cómo reponer su caja ni cómo capitalizarse. Eso es lo que está pasando con sectores como el del arroz, azúcar, carne, café, y lo que va a ocurrir también con el sector del maíz. - El Milco dice que el sector privado manipula la oferta de arroz. - Si ése o cualquier otro negocio en Venezuela fuese rentable, ¿dónde están los nuevos industriales dispuestos a invertir, que la revolución debería haber producido? ¿Dónde están los nuevos inversionistas, que tanta bulla han hecho que están deseosos de invertir en Venezuela? Los industriales en Venezuela son exactamente los mismos, con canas la mayoría. No hay una nueva generación. La producción en Venezuela se está haciendo a costa de la obsolescencia de los equipos que ya existen, utilizando las capacidades instaladas y el deterioro del parque productivo, pero no hay reposición, no hay actualización porque no hay confianza. El gobierno, por el tema petrolero, decidió vivir de las importaciones, que también está muy unido a la corrupción, porque en esto hay negocios, hay sobreprecios. Privilegiar cualquier cosa que se importe a Bs. 2.150 es realmente un beneficio. Sobrefacturació n que se ha dejado fuera. - El gobierno justifica las intervenciones a las plantas bajo el argumento de que tienen que proteger a la población del desabastecimiento. - Durante toda la vida la industria ha producido todos los alimentos que el pueblo venezolano ha necesitado con variedad, calidad, con oferta, con producción, y ha habido abastecimiento pleno. Lo que no puedes, porque además es inconstitucional, es obligarte a producir perdiendo. Solamente en la mentalidad de un comunista ese esquema es viable. Estamos claros en que hay que producir aquellas cosas que el gobierno ha definido dentro del marco de las regulaciones, pero que hay que obtener la rentabilidad y por eso la diversificació n de otros productos que es absolutamente legal. - ¿Qué tanto puede aguantar el aparato productivo esas regulaciones? - Las plantas no tienen la capacidad para producir las operaciones, no tienen la capacidad de suministrar las materias primas, no tienen la capacidad para importar y sustituir la producción. Sabemos que, según las cifras oficiales, las importaciones se habían ajustado entre 46 mil y 48 mil millones de dólares el año pasado, y sabemos que hay muchas importaciones encubiertas. Eso les da una idea de la fragilidad que tiene la economía. Lo que es cierto es que no hay un sector donde no se importe, leche azúcar, arroz, maíz, café, carne. El consumo de carne nacional es apenas del 45%, el resto es importado. Dibujen eso y váyanse al sector industrial: en éste la manufactura en los últimos dos trimestres está con un crecimiento negativo. Nosotros vemos que va a haber una pérdida de poder adquisitivo. Aquí no hay economía que pueda aguantar esta situación de inflación como la que se estima para este año, cercana al 45%. Mi preocupación es que esta provocación busca incentivar una conflictividad social que pretende utilizar la fuerza para restringir y todavía afectar mucho más a la población. - El gobierno ha señalado que arreciará las intervenciones a las plantas en aquellos rubros donde no se consiguen productos. - En las plantas donde hay problemas de producción es porque no hay materias primas o porque los productos, en su mayoría, no tienen justificación y no tiene viabilidad. Yo puedo decir que en el caso del arroz, que es un sector emblemático, el sector oficial, en los silos privados y públicos, tiene más de 60 mil toneladas almacenadas. La industria no tiene esa cantidad. Por eso ese show que han montado. El gobierno va a empezar a sacar los arroces que tiene almacenados, los va a obligar a procesar y ahora va a decir que apareció el arroz acaparado por los industriales. El problema por una parte es que el gobierno dice que hay una producción que no hay. El gobierno habla de 1 millón 400 mil toneladas, que si fuera así, tendríamos suficiente para abastecer a plenitud el ciclo. La industria y los productores agrícolas hablan de 1 millón 50 mil, hay 350 mil toneladas de diferencia. Si ustedes buscan la memoria y cuenta del Milco del año pasado, se darán cuenta de que allí aparecen registradas 245 mil toneladas importadas por el gobierno, o sea, que éste ya está reconociendo que desde el año anterior la producción está cayendo y que tenemos un déficit. Si el precio regulado por el gobierno es 700, y la industria está pagando 300 más, eso es casi un 40,5% adicional; entonces comienzan a haber las distorsiones. - ¿El objetivo es la eliminación del empresariado? -Si el fin del gobierno es ése, el gobierno se va a poner una soga al cuello porque aunque no le guste el modelo, el principal aportante del producto interno bruto en Venezuela es el sector manufacturero privado. El impuesto por la vía fiscal y tributaria viene por el sector privado. - ¿Cómo vislumbran la economía para 2009? - Caída. Crecimiento negativo. Nosotros pasamos de un crecimiento del 7,5% en 2007 al 1,5%, en 2008. El cálculo que hicimos de la tasa de cambio a comienzos de este año fue de un ajuste a Bs.F. 3,5 por dólar, y para la tasa de inflación hemos utilizado el 45%. -¿Cómo influye la crisis internacional? - La crisis en Venezuela es propia, es original. Es de esta revolución, autóctona, endógena. Es una crisis producida por estas políticas. Hoy lo que va a causar esta crisis internacional es acentuar o evidenciar más la gran crisis interna. Tenemos un parque industrial reducido en el 40%, una producción primaria reducida en el 50%. No hay solución para el corto plazo sino realmente comprometernos todos, empresarios, trabajadores y gobierno con un plan, con una estrategia a largo plazo. Hay tres cosas que el gobierno tiene que atender: la primera es establecer una paridad cambiaria que haga competitivo al país. Eso quiere decir que la producción interna tenga sentido. Segundo, atender el tema de la inseguridad personal y jurídica; sino aquí no habrá inversión, no habrá consumo. El tercero es el tema de la propiedad privada. Si no empezamos por allí no hay espacios para una recuperación. - ¿Por qué no es competitivo el industrial venezolano? - Porque los industriales, los productores venezolanos, que en su mayoría no reciben dólares de Cadivi, tienen que ir al mercado que no se puede nombrar. A ese costo es como terminan adquiriendo las materias primas. Además hay una alta permisería. Aquí vamos por el camino del monoproducto. Hacer una variedad, hacer un desarrollo nuevo de productos está totalmente desestimulado. - ¿Han tendido puentes con los sindicatos? - El sindicalismo de hoy en esta revolución, con los 3 mil nuevos sindicatos creados, tiene la cultura de crear conflicto en la empresa, paralizarla y pedir la intervención estatal. Esa es una cultura del fracaso, y los trabajadores lo saben. Yo estoy convencido de que serán los mismos trabajadores los que empezarán a identificar dónde están sus verdaderos liderazgos para que esas reivindicaciones se puedan plantear y que sean producto del diálogo entre los sectores. Ojalá que en un futuro podamos hablar del tripartismo en Venezuela. Conindustria está haciendo un programa que se llama Alianza para el Bienestar Social. Estamos trabajando a nivel de todas las regiones y de todos los afiliados. En materia sindical estamos dispuestos a hablar con todos los gremios, pero nosotros no estamos abordando el tema sindical del gremio macro, sino de casos por empresas que saben que van a negociar ellos su contrato colectivo. No importa con qué gremios estén afiliados, lo importante es que son los directivos de esos sindicatos con la gerencia de la empresa, no importa cuál sea su tendencia. Lo que queremos es entender cuál es la viabilidad que tiene ese sindicalismo y las empresas, que tienen un destino absolutamente comprometido. - ¿Hay posibilidad de plantear un diálogo? - En el momento en que ocurra es porque el gobierno necesite el apoyo de todos los sectores y estaremos allí para buscarle soluciones al país. Lo que no se puede dar es un diálogo con las condiciones que el gobierno pretende imponer.

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