martes, 17 de marzo de 2009

Una Venezuela, Una sola Venezuela


Por: Maxim Ross - Recientemente una periodista publicó una nota en la que destacaba que a la oposición democrática venezolana le hacía falta un mensaje de carácter global, que sirviera de “paraguas” a la campaña por las elecciones regionales. A la vez ha arraigado la tesis de que, tratándose de unas elecciones locales, no tiene sentido desarrollar ese tipo de mensaje, que abarque y unifique el mensaje opositor democrático, sino focalizar la campaña en los problemas de inseguridad, servicios, la basura, el transporte o cualquier otro de índole local.Ciertamente, estos problemas emanan de las distintas consultas de opinión pública y se demuestra que son los que más afectan e interesan a las comunidades, a la vez que se expresan día a día en las múltiples protestas y manifestaciones que se observan en la calle. Entonces, bastaría con un mensaje centrado en esos problemas para ganar la mayoría en cada lugar y, por supuesto, en todo el país.Sin embargo, no hay que descuidar las señales que envían los resultados de los mismos estudios de opinión pública y tampoco el efecto aglutinador que tiene el mensaje gubernamental y, en particular, el que pone en la mesa de las decisiones electorales el líder de la revolución, quien, hasta ahora ha sabido manipular con gran habilidad y sagacidad al pueblo venezolano.Por esas dos razones sugiero un replanteamiento del mensaje opositor que tenga en la mira esa exigencia venezolana de volver a encontrarnos, de cerrarle el paso a la polarización, al conflicto y a las señales de guerra y muerte que vienen del lado presidencial, es decir a la necesidad de crear un ambiente de paz, democracia y tolerancia que nos permita entendernos y encontrar soluciones realmente pacificas a los problemas y que tenga la envergadura suficiente de unificarnos en UNA VENEZUELA, EN UNA SOLA VENEZUELA, no en dos como se ha querido imponer.UNA VENEZUELA significa rescatar los valores de la venezolanidad que están por encima de cualquier secta política, la convivencia democrática como instrumento fundamental de la gobernabilidad y, lo que es más importante, UNA VENEZUELA significa un compromiso moral, verdaderamente solidario de toda la sociedad, para desterrar, de una vez y para siempre, toda exclusión económica y política de la tierra venezolana. Propongo que nos coloquemos ese “paraguas” para protegernos de la división y de la lluvia de insultos e improperios que adornan la campaña gubernamental y como un opuesto estratégico al llamado socialismo del siglo XXI.Maxim Ross

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