Por: Víctor R. Azuaje - “El servilismo y el despotismo se han colocado frente a frente, influenciándose recíprocamente en una acción de causa y efecto; el servilismo produce el despotismo, y éste, a su vez, genera aquel.” “Si no hubiera déspotas no habría serviles; si no hubiera serviles, no habría déspotas” - Pío Gil. Los Felicitadores - Leyendo las paginas de tal obra, uno puede comprender la decadencia moral e intelectual que recae sobre la Venezuela actual, esa decadencia que es el mejor sustento del despotismo del siglo XXI y que era el sustento de los despotismo del siglo XX “el culto a la servilitud” que el periodista Pedro Morantes (Bajo el seudónimo de Pío Gil) definió con el termino de “Felicitadores”. Eran los inicios del siglo XX y gobernaba el General Gómez, la obra que citamos fue escrita durante este gobierno, es una dura crítica no al General Tachirense, si no a quienes lo convirtieron según el periodista, en un dictador, Los Felicitadores no es una critica a los despostas, es una critica a los serviles a esos que con la llegada de un gobernante corren presurosos al palacio presidencial a llevar sus felicitaciones al nuevo gobierno, felicitaciones no sinceras, si no con la doble intención de ganarse las gracias del gobernante y formar parte de los cortesanos que a fin de robar y enriquecerse ciegan al gobernante. Es el “culto de la servilitud” lo que engendra despostas y esto continua siendo así, por ejemplo en la Venezuela actual una oposición de partidos serviles al déspota lo mantiene sano y tranquilo en el poder y seguirá siendo así hasta que hagamos caso de las sabias letras de Pedro Morantes cuando recomienda: “El castigo que se impone a un tirano, debe alcanzar también a las camarillas corresponsables con el tirano del desastre nacional; y que nada, absolutamente nada habremos ganado con salir de un autócrata, si sus cortesanos rodean al nuevo gobernante.” Redundar es apuntar que la revolución socialista es un constante fracaso, pues no pasa “el líder” de estar rodeado por felicitadores que le ocultan la realidad y le felicitan por cada “sabia” decisión que toma el supremo dirigente de la revolución. Esto es lo normal, es normal que un tirano este rodeado de cobardes adulantes, de la “hez más inmunda de la sociedad” como una vez apunto Don Juan Vicente González, lo que no debería ser normal (aunque con el proceso de decadencia generalizada aplicada en Venezuela, lo anormal es cada vez más aceptado como normal) es que los que se oponen al déspota también sean unos Felicitadores profesionales de la más rancia casta. “Todo se ha conspirado en Venezuela para producir el apocamiento del carácter. El periodismo en manos de los ganapanes y la política en mano de los explotadores, han establecido este régimen de aplauso incondicional que a los explotadores han tributado siempre los ganapanes. La vileza se premia tanto como se castiga la altivez. La lealtad a los magistrados consiste en ocultarle los peligros, no en descubrírselos. Se busca para los puestos públicos, no a los hombres honrados, que serian unos censores, sino a los pilletes, que son unos instrumentos.” Crudas palabras y estoy convencido que el periodista no escribía para su tiempo, si no, para el futuro, pues ¿cuando en la historia nacional puede aplicarse mejor estas palabras que en la Venezuela actual? En la Venezuela de los últimos 50 años, esa que acobardo el carácter nacional, Gómez al menos contaba con un Gil Fortoul o Vallenilla Lanz, ya quisiera la Venezuela actual decir lo mismo. Y continua el periodista: “Se proscribe a los hombres inflexibles y se utiliza a los hombres dúctiles. Se enseña que en matemáticas la línea recta podrá ser el camino más corto entre dos puntos, pero que en política, el camino más corto es la línea tortuosa. Se tiene a la austeridad como una gran tontería, y a la desvergüenza, como una gran viveza” y es que el periodista no se detiene a criticar solo a déspotas, sino que señala la necesaria simbiosis entre despostas y serviles, no puede existir lo uno sin lo otro y tratar de oponerse a un déspotas sin esgrimir internamente una moral completamente distinta, es un fracaso desde el comienzo, y eso amigos es lo que tiene a la Venezuela actual sumergida en el desastre nacional, quienes dicen oponerse al régimen de caos e inmoralidad actual no tienen moral, ni concepto alguno de Orden con el cual oponerse al desorden gobernante. Muchos se alteran cuando se critica a la llamada “dirigencia opositora” pues se cree que esto es dividir y provechoso para el gobierno, y no hay nada más falso, si no identificamos nuestros propios errores, no podemos enmendarlos y el error actual no pasa por el régimen que gobierna, ni por los que se le oponen. El error actual es el carácter nacional que se diluyo en el “culto de la servilitud” como nos indico ya hace cien años atrás Pedro Morantes; “Los Venezolanos tenemos el culto de la Servilitud y somos Felicitadores”.
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