lunes, 16 de marzo de 2009

La fusión de los tapones


Por: Eugenio Montoro - montoroe@yahoo.es - Tener pocos conocimientos de una materia no es ningún pecado. En el mundo de hoy es afortunado el que sepa un poco de algo pues el desarrollo del conocimiento tanto en forma horizontal (nuevos campos del saber) como vertical (cada vez más detalles) sigue siendo explosivo. Cuando una empresa o una organización necesitan de una persona para dirigir procesos complejos la tendencia es buscar a alguien de buena experiencia gerencial aderezada con los conocimientos de la especialidad que se trate. El gabinete de Chávez es un poema a la piratería y es que un administrador malo siempre elegirá un equipo malo. Agréguese a esta verdad (como un templo) la complejidad del actuar a favor de un proyecto socialista que realmente nadie entiende salvo por algunos brochazos marxistas. Atolondrados por el “peligro” capitalista, esta horda de aficionados ha puesto a las Empresas Polar en el banquillo de los acusados. Empezó con el Rey del Grito y secundada rápidamente por su Ministro “especializado” (que al decir de Hiram Gaviria confunde un maute con un chivo). La absurda crítica a la Polar , olvidando más de sesenta años de trabajo duro y responsable que la hicieron una de las mejores empresas venezolanas de todos los tiempos, solo puede salir de una mente estiercolada de ideas comunistas y que pertenece a alguien que solo tiene como experiencia gerencial el tirapiedrismo. Cuando empezó a instalarse en Venezuela la electricidad se colocaba, dentro de la casa, una “cuchilla” con dos fusibles. Los fusibles tenían la rosca como un bombillo y la forma de un tapón y así fueron bautizados. Cuando alguno de los fusibles actuaba y la casa quedaba a oscuras la gente decía “parece que se fué un tapón” o “como que se fundieron los tapones”. Con el tiempo estas expresiones vinieron también a usarse para otras situaciones. Si por ejemplo alguien renunciaba al trabajo de repente, sus amigos comentaban, “a Francisco parece se le fueron los tapones”. También se usaba para justificar acciones violentas.“Entonces el portugués se puso cómico, me sacó la piedra y se me fueron los tapones”. No hay el menor asomo de duda que al Presidente se le fueron los tapones desde hace rato y anda con un marcado desespero para hacer todos los cambios que necesita “el proceso”. Parece que piensa que si no le mete velocidad le pasa el autobús y se queda con los crespos hechos. Pero es importante que alguien le diga a Chávez que el actuar con los fusibles quemados y tomando decisiones de mollejón siempre trae más problemas que los que resuelve. Además valdría la pregunta de que si vamos hacia algo mejor, no hay duda que la gente lo aceptará de buena gana así que se tendría todo el tiempo y, a medida que avanza, recibiría los aplausos del pueblo. Habrá que decirle al Presidente que la apuradera en hacer cambios no se ve bien. Pareciera que teme que, al final, su proyecto se le caiga de platanazo. Bueno usted decide señor Chávez. Haga lo que crea conveniente, pero que no se le olvide que vamos a seguir defendiendo nuestra democracia y vamos a seguir combatiendo a ese socialismo chucuto. Esta pelea no ha terminado y sabemos combatir en esta oscuridad de fusibles rotos que Usted representa y, además, tenemos los tapones de repuesto para cuando le toque irse y vuelva la luz.

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