viernes, 8 de agosto de 2008

¿Dónde está “La Bastilla”?


Por: Teódulo López Meléndez - El deterioro se está acelerando. Las noticias indican un quiebre. Las manipulaciones que se hacen de las noticias son aún peores que las noticias mismas. Pérdida de toneladas de pollo, gente tratando de rescatar los alimentos podridos, accidentes en refinerías, estatizaciones sin ton ni son. El gobierno escogió el peor momento para anunciar lo del Banco de Venezuela. Acelera, así, el deterioro, ahora de la confianza, e indica que avanza en su propósito de hacerse dueño de todo. Banco estatizado en esta hora del mundo, sin ninguna razón, es prueba de un desequilibrio peligroso, un propósito de dominio del sistema financiero y una aplicación irrefrenable de un modelo caduco. El país se resquebraja. A todas éstas un locuaz parlanchín de la televisión lanza gritos histéricos reclamando la primacía de otras noticias. Lo de la llamada “audiencia constitucional” para los inhabilitados no fue más que un teatro digno de Molière a quien podríamos copiar alegando que se trata de una justicia imaginaria. “Se les oyó”, parece ser la frase que tendremos como justificación de cualquier tropelía. Fedecámaras produce el documento más patético de su historia –y vaya que ha producido en el tiempo documentos patéticos- llamando a un gran entendimiento nacional, precisamente en estos momentos en que todavía tratamos de averiguar qué dicen las veinte y tantas leyes del último día de la Habilitante y que se nos anuncia sin anestesia la intromisión de la mano peluda en el sistema financiero. No hay dirigentes sindicales, no hay dirigentes empresariales, no hay dirigentes. No los hay porque esas instituciones desaparecieron como sociedades intermedias y hasta como foros de discusión para la defensa de sus propios intereses sectoriales. Aquí hay un gran abismo, arriba está el poder, sea del gobierno o de los minipartidos de la oposición, y abajo está un cuerpo social huérfano. Hasta que el huérfano se rebele y se produzca una sustitución de élites masiva e implacable. El flamante presidente electo del Colegio Nacional de Periodistas, en un arrebato de eclecticismo y de bobería, equipara las agresiones contra los periodistas nacionales con la farsa montada por las Fuerzas Armadas Colombianas para rescatar a la inefable señora Betancourt. El señor William Echeverría, que así se llama el susodicho, debe temer, seguramente, que la próxima vez que los periodistas de Telesur vayan a entrevistar a los líderes de la FARC o a montarle las cámaras para que hagan sus anuncios, los guerrilleros tengan serias dudas sobre si en verdad se trata de los “hermanos” que les envía el predicador evangélico para ayudar a difundir sus proclamas de guerra. Efectivamente, lo que oímos indica una zambullida sin paracaídas. Este país parece una estampida, una Torre de Babel invertida donde nos llenamos de “originalidades” como anunciar un viaje a la cumbre antidrogas de Cartagena para, al día siguiente, suspenderlo. Mientras tanto, el vocero enviado se dedica a pedir una lucha antinarcóticos sin tutela, sin intervenciones extranjeras, convirtiendo un espacio que estaba dedicado a mejorar esa lucha en un alegato antiimperialista, que retumba sonoro, elocuente y estrambótico. La discusión, infantil y grotesca, es cuál es la principal noticia, si interrumpieron a Leopoldo López porque lo que decía era determinante para el futuro inmediato de la nación, lo que equivaldría a asegurar que el presidente nacionalizó un banco nada más que para callarle la boca al aspirante a Alcalde Mayor. Esto es, navegamos de exabrupto en exabrupto. La pelea se centra en si viene o no viene una comisión del parlamento del MERCOSUR, cuando todo parece indicar que vendrá la diputada presidente de la Comisión de Derechos Humanos y no más. Frente a las noticias a lo único que se recurre es a la manipulación. Frente a una crisis que no entienden se lanzan planteamientos absolutamente absurdos como los de los empresarios que no saben que hacer olvidando que cuando uno no sabe que hacer lo mejor es recurrir a Mandinga. Este país es un tropel de gente que choca una contra otra sin saber adonde va porque no sabe cuales son las direcciones. No hay direcciones, no hay letreros indicativos de hacia donde andar. Ni con GPS encontrarán las rutas adecuadas. Andan perdidos, a la deriva, mirándose unos a otros sin saber que preguntarse y menos que responderse. Pero las vacaciones trascurren plácidamente. El país está de vacaciones. Quienes fueron echados de sus empleos de la Asamblea Nacional , aún siendo fieles militantes del PSUV, porque había necesidad de hacerle un lugarcito a algunos parientes, se quedarán esperando justicia. Todos se quedarán esperando, estos que he mencionado como ejemplo y todos los demás, porque el país está detenido, porque el país está de vacaciones, porque el histérico continúa en pantalla, porque el gobierno anda muy ocupado fabricando “bancos socialistas” para que uno se pregunte qué diablos será eso, si será uno que cumpla la intermediació n propia del sistema financiero, esto es, recibir depósitos y dar préstamos o si una institución con este rótulo pasará a ser como la energía eléctrica que falla y la CANTV que no sirve. El deterioro es más pronunciado de lo que podía esperarse. El deterioro está sobrepasando a la basura en la generación del olor pútrido. El deterioro corre a mayor velocidad que los desaguisados, que las impertinencias y que las manipulaciones. El deterioro genera sus propias energías, es autocombustible, sólo requiere que toque el estómago para que salga la mujer del seno afuera símbolo de la Revolución Francesa. ¿La Bastilla? Todos sabemos donde está La Bastilla, donde están los “líderes” de ambos bandos “deliberando” para hacernos un pueblo feliz.

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