viernes, 18 de mayo de 2012

Tiempos difíciles





No vivimos tiempos normales, cada día nos alejamos más de la democracia como sistema político para eventualmente caer en un despotismo sin límites o en una anarquía total. Esperemos que el pueblo venezolano sepa encontrar la sindéresis necesaria para buscar un cambio positivo para el país dentro del marco de la Constitución Lo que estamos viviendo ahora en Venezuela no son tiempos normales. La democracia tal como la conocimos , con todos sus defectos, fue un ejemplo en América Latina. Aquí encontraron refugio los perseguidos de las dictaduras de Brasil, Chile Cuba, Argentina, Paraguay, Uruguay para solo mencionar algunos y a ninguno de ellos se les preguntaba su filiación política. Ahora la intolerancia y la anomia campean juntas. Situaciones como las de El Rodeo y La Planta nunca se habían vivido en el pasado, por lo menos no con esa dimensión de guerra con balas y granadas. Antes se hablaba a lo sumo de batallas de chuzos. Tampoco, que recordemos, ningún ministro de la defensa se atrevía a decir que si no ganaba determinado candidato no entregarían el poder. Nunca sucedió que los altos magistrados del Tribunal Supremo confesaran abiertamente sus fechorías e implicaran a otros poderes de seguir la misma práctica. El narcotráfico ciertamente existía pero no se hablaba del cartel de los soles, ni tampoco se conocía de altos jefes militares acusados de participar directamente en los negocios de la droga. Jamás en la historia reciente de Venezuela los ciudadanos nos habíamos sentido tan vulnerables e impotentes ante la acción de una criminalidad desatada . Y por último nunca antes un candidato a la Presidencia de la Republica se había permitido mantener al país en zozobra durante tanto tiempo sin aclarar su verdadero estado de salud y por ende su capacidad para aspirar a la máxima magistratura. El caso del Embajador Escalante apenas duro un día al hacerse pública su enfermedad mental. No vivimos tiempos normales, cada día nos alejamos más de la democracia como sistema político para eventualmente caer en un despotismo sin límites o en una anarquía total. Esperemos que el pueblo venezolano sepa encontrar la sindéresis necesaria para buscar un cambio positivo para el país dentro del marco de la Constitución y de la democracia.
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