viernes, 3 de junio de 2011

Algunas posiciones opositoras ante PDVSA


Por: Guillermo A. Zurga - Nadie en su sano jui­cio, podrá dudar, que PDVSA es más que­rida por la opo­si­ción, que por el gobierno cha­vista. A pesar de que el gobierno abrió jui­cios lega­les con­tra ex emplea­dos de PDVSA, cali­fi­cán­do­los de sabo­tea­do­res y trai­do­res a la patria; el tiempo ha dado la razón al sec­tor opo­si­tor, de que ha sido mejor admi­nis­tra­dor de PDVSA, que el gobierno actual. El antes y des­pués de que la revo­lu­ción boli­va­riana se adue­ñase de PDVSA y la uti­li­zase como caja chica y bas­tión polí­tico para impo­ner al comu­nismo en Vene­zuela son muy elo­cuen­tes, y silen­cio­sa­mente seña­lan al gobierno como el enemigo legi­timo de PDVSA, a la cual, digan lo que digan, han des­truido moral, eco­nó­mica y físi­ca­mente desde sus cimientos. Ante las anun­cia­das san­cio­nes eco­nó­mi­cas impues­tas por los EE. UU. a PDVSA, por estar ésta cola­bo­rando con Irán, envián­dole gaso­lina a Irán; algu­nos líde­res opo­si­to­res, inclu­yendo a algu­nos que aspi­ran a la pre­si­den­cia de la repu­blica, lla­ma­ron a la opo­si­ción a unirse alre­de­dor de PDVSA para defen­derla con­tra el gobierno nor­te­ame­ri­cano. En mi opi­nión, esa fue una posi­ción polí­tica emo­cio­nal exa­ge­rada con visos popu­lis­tas de cues­tio­na­ble nacionalismo. Con ese irre­fle­xivo gesto, de sumi­nis­trarle gaso­lina a Irán en las actua­les con­di­cio­nes polí­ti­cas e inter­na­cio­na­les de enfren­ta­miento entre la ONU y ese País, el gobierno vene­zo­lano, a tra­vés de PDVSA, Vene­zuela se con­vierte en cóm­plice, de ese país, el cual está pena­li­zado por la ONU por pre­ten­der fabri­car una bomba ató­mica, supues­ta­mente para des­a­pa­re­cer del mapa al pue­blo judío, según expre­sio­nes de su pre­si­dente, Mah­mud Ahma­di­ne­jad, unos años atrás. Cuando se espe­raba, que la opo­si­ción, aglu­ti­nada como una sola uni­dad, apro­ve­chase esta coyun­tura polí­tica para pro­tes­tar con­tra el gobierno vene­zo­lano, y recla­marle por la polí­tica sui­cida e irra­cio­nal que sigue con PDVSA, arries­gán­dola inne­ce­sa­ria­mente a que la pena­li­cen y limi­ten en sus fun­cio­na­miento, siendo esta nues­tra única fuente de ingre­sos, la única acción des­co­llante que se les ocu­rrió, fue la de sumi­nis­trar un apoyo inme­re­cido al gobierno actual, cau­sante de tan­tos desa­cier­tos, y único cul­pa­ble de que PDVSA esté injus­ta­mente en la pales­tra de san­cio­nes y deman­das en su con­tra, por desaca­tos e incum­pli­mien­tos al dere­cho y nor­mas internacionales. En casos como los refe­ri­dos, es mejor guar­dar silen­cio y man­te­ner la cor­dura y sen­sa­tez, para no actuar emo­tiva e irra­cio­nal­mente, como han actuado, los que lla­man a la opo­si­ción a unirse para defen­der a PDVSA del gobierno nor­te­ame­ri­cano; cuando el ver­da­dero enemigo de PDVSA es el mismo gobierno comu­nista vene­zo­lano actual, a quién sin que­rerlo, eso lide­res le die­ron un inme­re­cido voto de con­fianza, con su cues­tio­na­ble actuación. La opo­si­ción no nece­sita expre­sar de esa absurda manera su soli­da­ri­dad con PDVSA, y menos aún, si lo hace como móvil elec­to­rero. De hecho, toda Vene­zuela y gran parte del mundo cono­cen la tra­yec­to­ria de la opo­si­ción durante la admi­nis­tra­ción y direc­ción de PDVSA, desde su fun­da­ción en 1975 hasta 2002. Durante ese periodo, PDVSA bri­lló como una empresa moderna de pri­mer orden, res­pe­tando todos los prin­ci­pios y pará­me­tros nacio­na­les e inter­na­cio­na­les lega­les, de efi­cien­cia, efi­ca­cia, cali­dad, y exce­len­cia que se le imprimieron.

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