La ilegalidad hecha norma

El pasado viernes 10 de junio, el canciller, Nicolás Maduro informó que el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez había sido operado de emergencia en Cuba por "un absceso pélvico". El domingo en la tarde el vicepresidente, Elías Jaua, anunciaba que el Presidente estaba restablecido y "gobernando desde Cuba". Efectivamente, esa misma noche, Hugo Chávez daba órdenes desde la Habana, vía Telesur, entre otras, dio la instrucción para investigar clínicas y seguros, y puso el Ejecútese al Decreto Ley de Endeudamiento Extraordinario. Chávez además indicó que estaba de reposo y "no podía responder con precisión" cuál era la fecha de su retorno a Venezuela. Sobre este episodio médico de Chávez, llama la atención varias "irregularidades" que violan la Constitución. La primera es que la Asamblea dio el permiso legal para que el mandatario emprendiera su viaje a Brasil, Ecuador y Cuba sin especificar la fecha de retorno de Hugo Chávez. Aparte de que ello es una "irregularidad", crea una suspicacia ¿La intervención quirúrgica podría haber estado planificada antes de emprender Chávez su viaje? De ser así ¿por qué no se operó en un centro de salud en Venezuela? ¿Será que Chávez reconoce que ha llevado al colapso el servicio público de salud? ¿O temió que se fuera la luz en medio de la operación? La segunda "irregularidad", es que la Asamblea Nacional al conocer la noticia del delicado estado de salud del mandatario en tierra extranjera, debió juramentar al Vicepresidente como Presidente encargado: Se trata de una ausencia temporal del Presidente de la República. Otro cantar es que Chávez estuviese convaleciente en Miraflores. ¡Cuba no es ni un estado ni la capital de Venezuela! Aquí cabe recordar otra irregularidad en curso: El contralor de la República, Clodosvaldo Russian, también se encuentra en Cuba en un estado de salud que aparentemente configura un caso de ausencia absoluta para ese máximo cargo. Sin embargo, Asamblea Nacional no ha dado indicio de comenzar los trámites para su sustitución. ¿Frenados por la obligación de negociar con la bancada de la unidad democrática? Contrariamente a lo que se pueda pensar, estas irregularidades no son meros formulismos o legalismos no cumplidos. Todas ellas constituyen obligaciones de forma y fondo que tienen que ser cabalmente acatadas. Las instituciones competentes para ello, la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia, tienen que ser garantes de ello, y el resto del país debería exigir su cumplimiento. El venezolano se ha acostumbrado a tanta acumulación de irregularidades y violaciones a la Constitución, que ya ni le causa asombro que Chávez se opere, repose y gobierne ilegalmente desde Cuba.
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