miércoles, 18 de agosto de 2010

La entrevista


Por: Antonio Cova M. - antave38@yahoo.com - Lucía imposible no conectarla con las renovadas relaciones colombo-venezolanas que en ese mismo momento se estaban produciendo; por ello, más de uno pensó que esa entrevista tenía el propósito de dinamitarlas. Por lo que pudimos ver y oír, nada más lejos de la intención del entrevistado. Sólo muy brevemente Fidel se refirió a Colombia; y fue contundente. Con pocas palabras dio un manotazo a la paranoia chavista del inminente ataque colombiano -inminencia que la notoria ausencia de Chávez en La Habana este 26 de julio había remachado. Fidel expuso cuatro razones para negar que Colombia fuese a hacerle la guerra a Venezuela: “no les interesa, no quieren, no pueden y sería un desastre”. En ningún momento elaboró sobre cada una de esas razones; pero lo más destacado fue que no aclaró para quiénes “sería un desastre”. Eso le hace a uno pensar, que a lo mejor habría “un tercero” a quien perjudicaría ese desastre. Con Venezuela entregada a una guerra absurda, toda remesa de recursos venezolanos a Cuba cesaría de inmediato, ¿o no? Entremos de lleno, entonces, en la riqueza que aportó esa entrevista. Comencemos por el asunto de la intención: ¿qué perseguía esa entrevista? Todavía uno trata de encontrar además de su intención, su sentido. Cuando se contempla el grueso de la misma, parece evidente que fue un empeño del Comandante Castro destinado a proseguir con su más reciente obsesión: una fulana guerra que nadie ve por parte alguna. Peor: una guerra nuclear. Como si los televidentes no nos hiciésemos la pregunta crítica: ¿merece el Irán de Ajmadinejad el riesgo nuclear? Si no se hizo contra la Unión Soviética en alguno de los peores momentos de la Guerra Fría, ¿por qué y para qué ahora?
La sospecha que en más de uno cobra fuerza es que, esta manía de Fidel ahora, dice más sobre su estado mental, que sobre cualquier panorama bélico actual. Podríamos escribir páginas y páginas sobre las sinrazones de este tema en este momento. Lo más importante: creo que los cuatro chavistas que allí estaban piensan exactamente lo mismo; quizás por ello intentaban, una y otra vez, llevarlo a temas más cercanos, tanto política como geográficamente. Pero ¿no habría una intención oculta en el nuevo poder cubano con esta entrevista? En efecto, para quienes por más de cuarenta años han visto y oído a un Fidel fuerte y lúcido, que a ratos ponía a temblar a los poderosos, verlo ahora trastabillando en una argumentación inconexa, debe ser deprimente. La impresión que emerge de esta entrevista es que creer que “Fidel torpedea los intentos de liberalización del régimen” carece de fuerza. Lo que su presencia pública muestra es algo muy distinto. Fidel, eso parece, para todos los efectos ya no está en Cuba. Ella ni una vez apareció en su larga entrevista; ni él está en capacidad de enfrentar decisiones y estrategias que suscitasen su desacuerdo. El marasmo cubano, que Raúl no quiere -o no puede- destrabar, hace tiempo que prescindió de Fidel. Para que Cuba cambie, a lo mejor se requiere algo más que la inminente desaparición de Fidel (¿y de su hermano?). En su entrevista el destinatario final pareciera ser Barack Obama, por quien muestra amplias simpatías, tan escasas entre sus amigos de Venezuela. Chávez siempre está ubicado sin ser nombrado: de su sensatez depende la existencia del castrismo en Cuba y debe olvidarse de cualquier conflicto armado con Colombia. De la heroica lucha guerrillera sólo hubo palabras crípticas para El Salvador. Entre sus entrevistadores poca coordinación había y lucían más apegados al Catecismo revolucionario a lo Harnecker-Gollinger que el mismo Castro, quien nunca ha estado atado a eso. Sólo una vez, para horror de la estrategia actual del chavismo, se ciñó a la más estricta ortodoxia estalinista, cuando queriendo hacer una alabanza al socialismo del siglo XXI, terminó dándole la razón al Cardenal Urosa: éste es el más puro y rancio comunismo que ya padeció el siglo XX. La entrevista, en fin, mostró más de lo que dijo Fidel, y desnudó más a sus patrocinantes. Si se la perdieron, búsquenla por Youtube. Bienvenidas las que tengan en cartera, nos enseñan tanto que realmente no tienen pérdida.

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