La disciplina en el monasterio era muy estricta. La ley de silencio obligaba a los hermanos a mantener silencio durante 10 años. Después de los cuales cada monje tenia el derecho de decir dos palabras únicamente. Así cuando al Hermano Hans le llego el turno de hablar con su superior. Hans dijo - Cama.... Dura. -Ya veo, respondió su superior-. Diez años mas tarde, el hermano Hans se reúne de nuevo con su superior. Y ¿cuáles son las dos palabras que quieres decir esta vez? le preguntó el superior a Hans - Comida... Mala - Dijo Hans-. Ya veo, dijo de nuevo el superior. Pasaron otros diez años y cuando al hermano Hans le preguntaron sus palabras dijo - Me... Voy. - Bueno, no me sorprende respondió el superior, pues tu no haces sino quejarte todo el tiempo.
Aunque puede ser chistoso ¿le ocurre a veces que en vez de valorar las lecciones y ganancias de los momentos difíciles lo que hace es pensar en la comodidad? ¡Piense!
Aunque puede ser chistoso ¿le ocurre a veces que en vez de valorar las lecciones y ganancias de los momentos difíciles lo que hace es pensar en la comodidad? ¡Piense!
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