Por: Enrique Pereira - El desespero aprieta. Desvaría en su accionar y levanta un nuevo show cada día para encubrir el polvo que se descubre debajo de cada alfombra que se levanta. Cuando los taxistas les quitan el apoyo a los gobiernos, es señal de que el juego está por terminarse. Cuando no existía twitter, ni facebook, ni la red de redes, ellos eran la base comunicación social en redes. Otra vez Plantacentro. La única turbina eléctrica de ese complejo -que estaba en operación- salió del sistema. La que prometieron recuperar para el pasado mes de febrero no ha levantado todavía y ahora se cae la única que humeaba. A este gobierno le falta potencia. En Miraflores, retiraron a los militares gerentes, que ocupaban los cargos que hacían trabajos y dádivas para los grupos sociales, para colocar a personas del frente Francisco de Miranda. El gobierno no quiere relaciones directas de pueblo con militares, que pudiesen ser presionados a la hora de las chiquitas. Los militares que devolvieron a sus comandos echan chispas. Los comunistas que arribaron al poder, hacen su propia fiesta. Se mantiene en pie de guerra contra Polar, que no levanta la voz para defenderse. Un presidente, que debería estar llamado a promover los esfuerzos industriales de un país, se convierte en un azote de barrio, acusando a la compañía de nada en concreto. Lo único que le hemos escuchado decir es que Mendoza, su presidente, tiene aspiraciones a la presidencia. Si así fuere ¿Cuándo eso se convirtió en un crimen? Un testimonio cruel, rudo y aparatoso de la pérdida de popularidad de Chávez y del desastre de país que ha fomentado es su twitter @chavezcandanga Quédese un rato leyendo los mensajes que recibe. Hágalo usando este link que le anexo, con la mensajería en tiempo real. No se deje llevar por lo que aparece en las páginas que ellos fomentan, entre ellos el blog del presidente http://bit.ly/aYYpnv. Venezuela es parte de una globalidad. Venezuela no es Cuba, ni este siglo se parece al pasado. Es difícil instaurar un esquema “cubanoide”, cuando las comunicaciones destapan todo lo que acontece en este país. No se puede esconder un país, ni se puede engañar masivamente, tal como pretende hacer nuestro presidente. No se puede encarcelar a todo el que habla mal del gobierno, ni se puede llenar de comida a cada venezolano que pierde su trabajo por la mala gerencia de este gobierno. No se hace revolución a punta de mentiras. Cada día que pasa nos acercamos más al momento electoral que marcará el camino de futuro. La gente lo sabe y espera con paciencia. No importa cuánto lo inciten, no trancará un juego que está ganado. Ya yo tengo un país, pero si me regalaran otro, me gustaría que se llamara Venezuela. Quiero más, quiero que mis hijos no sientan la tentación de pensar que el país se agotó para ellos. Quiero que sientan su Patria como lo que fue y dejen de sentirla como lo que es.
¡Falta poco Venezuela, no desmayes!
¡Falta poco Venezuela, no desmayes!
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