INFORMENET.VE - El tsunami juvenil arrolla a Chávez y a los partidos de oposición - La juventud sigue en pie de lucha. Libra batallas creativas contra un Gobierno que carece de argumentos sólidos para desprestigiar a los miles de estudiantes que están en la calle. No tienen como descalificarlos, porque son la nueva política. Desde el año 2007 emerge en Venezuela un nuevo liderazgo. Son líderes frescos, con ideas nuevas y mucha imaginación para burlar el cerco que el Gobierno aplica a la disidencia para evitar que sigan copando a la opinión pública. Ellos pusieron viejo al proceso revolucionario. A partir de 2007 Chávez y su revolución son parte de la vieja política y como tal siguen sin capacidad de maniobra. Muchos fueron las críticas lanzadas sin piedad alguna contra los jóvenes y ninguna dio resultado. Luego probaron con sus grupos de choque en las universidades y tampoco lograron nada. Les sembraron armas y explosivos, pero los resultados siguieron siendo negativos. La desesperación oficial los llevó a probar con el encarcelamiento selectivo de algunos líderes, pero al final la presión popular los obligó a liberarlos. No consiguen el discurso y la vía para acabar con la juventud venezolana que lucha contra el socialismo en defensa de la democracia. Chávez está muy preocupado por la irrupción de los estudiantes en la escena política. El y sus colaboradores saben del efecto transformador que tienen los jóvenes en la sociedad. Por eso están inmóviles y sólo atinan a descalificar sin argumentos. El país vio como el Presidente suplicaba que no se dejaran manipular por la vieja política, sin saber que en sus palabras está la verdad de lo que está ocurriendo porque la vieja política es Chávez y su movimiento, ante los cuales la rebeldía juvenil crece de forma vertiginosa. Los jóvenes han logrado cambiar la historia en muchas ocasiones. El 12 de febrero de 1814 un grupo de jóvenes seminaristas y estudiantes liderados por José Félix Ribas libró una cruenta batalla contra las tropas realistas comandadas por el temible José Tomás Boves. Luego en 1928 un grupo de estudiantes de la Universidad Central de Venezuela se enfrentó a la dictadura de Juan Vicente Gómez, dando una clarinada importante sobre la necesidad de cambiar el arcaico y autoritario sistema político. Allí dieron su aporte Raúl Leoni, Miguel Otero Silva y Jacinto Fombona Pachano, entre muchos otros. Igual ocurrió en los episodios ocurridos en 1936 y 1958. En cada uno de esos momentos históricos los liderazgos de Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba y muchos otros prevalecieron ante el yugo dictatorial para salir triunfantes. En Francia los hechos de mayo de 1968 impactaron a la sociedad de esa nación europea, cuando los estudiantes universitarios salieron a las calles a exigir los cambios que el Gobierno de Charles de Gaulle retrasaba para la permanencia del famoso general en el poder. Muchos son los ejemplos que podemos citar sobre la participación de la juventud en la aceleración de los cambios que la sociedad exige. Ellos con su ímpetu arrollan a la vieja clase política, esa que hoy representa en Venezuela mayormente Chávez y su Gobierno. Chávez ha fallado en su intento de secuestrar a la juventud venezolana. El pensamiento único, el socialismo y la obediencia militante no van con los jóvenes que aman la libertad, la pluralidad y la irreverencia sana en momentos en los cuales deben fijar una firme posición. El Presidente sabe que sus milicias juveniles son minoría ante la avalancha juvenil. Que sus líderes jóvenes impuestos carecen de liderazgo. Si quiere verificar que esto es cierto, amigo lector, haga un simple ejercicio: recuerde 10 nombres de líderes juveniles disidentes y haga lo mismo con los dirigentes revolucionarios, para que se de cuenta que no recuerda a quienes vestidos de rojo salen a defender a Chávez. ¿Saben porqué Chávez carece de una sólida base juvenil? Porque juventud es sinónimo de libertad, de no tener miedo y de salir a comerse el mundo cuando atentan contra su futuro y sus derechos. El socialismo del siglo XXI es el enemigo a vencer por los estudiantes y están ganando batalla tras batalla. ¿Estamos en presencia de una lucha que logrará cambios significativos? Por supuesto que si. De hecho ya están acumulando éxitos, porque a partir de 2007 le cambiaron el rostro a la disidencia y ahora no sólo salen los líderes de los partidos políticos, sino que la opinión pública recibe con agrado a todos los liderazgos que salen de las universidades. El Gobierno sabe eso y por eso la preocupación. Pero lo peor es que el tsunami juvenil disidente no sólo le cierra los caminos a Chávez y su socialismo, sino que hace lo mismo con los partidos de la oposición cuyos liderazgos no están a la altura de las exigencias de la nueva Venezuela y no hacen la sinergia adecuada con la fuerza juvenil que está en la calle. Tremenda miopía de Chávez y de los partidos.
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