jueves, 15 de octubre de 2009

Como dar malas noticias en Medicina


Por: Alejandra Zarza - La Mañana Neuquén – Argentina - Dar una mala noticia en la medicina es una cuestión que no es revisada con la frecuencia que se debería en las Facultades de medicina y, en consecuencia, la psicóloga Carolina Monti brindó una charla al respecto en una capacitación en cuidados paliativos. Los temores y el vínculo entre el médico y el paciente son algunos de los factores a tener en cuenta. Juan yace en la cama de la sala. Una tenue luz entra por la ventana, iluminándole parte de su rostro. Le duele el cuerpo. Lo siente desde hace unos días. Sin embargo, a pesar de estar con su familia y médicos no halla respuestas en el silencio que lo rodea. Y nada parece indicar que el panorama cambie en lo inmediato. Dar una mala noticia en la medicina es una cuestión que no es revisada con la frecuencia que se debería en las Facultades de medicina y, en consecuencia, en las escuelas de enfermería. Con este problema como eje y en el marco del curso de capacitación básica en cuidados paliativos, que se dicta en Neuquén organizado por Lucha Neuquina contra el Cáncer y Fundación por la Vida, la licenciada y psicólogo Carolina Monti brindó una charla sobre cómo los profesionales de salud deben comportarse con el paciente al momento de darle el diagnóstico y cómo deben actuar acorde a los pedidos que éste último les formula. “Por lo general, los médicos tratan de no hablar con el paciente de cómo está la progresión de su enfermedad y no se animan a decirlo. Continúan haciendo tratamientos activos, que son totalmente innecesarios y terriblemente agresivos y dolorosos para lo físico y la calidad de vida del paciente”, explicó Monti, también secretaria ejecutiva de la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos. Para ella, lo que falta es aprender a decir basta para dar inicio, luego, a un tratamiento que ayude más a la persona en sus últimos instantes y para ello, los médicos deben contar con algunas herramientas para trabajar en función a ello. “Hay que tener en cuenta que, muchas veces el paciente no le pregunta al médico que es lo que tiene y como está su enfermedad, sino que lo hace con las personas que tiene mucha confianza. Por eso, todos tienen que estar entrenados para poder decirles o abrir el camino para que el médico le diga lo que ellos quieren y como va el progreso de la enfermedad”, expresó la psicóloga. Aprendizaje - El curso que dicta la psicóloga Carolina Monti consiste, básicamente, en enseñar a “no tener miedo a las emociones que se despiertan cuando las cosas no están saliendo bien”. Y aquí el rol playing adquiere una vital importancia. En él, un médico es puesto en ese papel y otro como paciente con indicaciones claras de ser un paciente que quiere saber, y como lo manejaría. En el primer caso, los “actores” se dan cuenta cómo se siente el paciente cuando el médico evade la pregunta, y en el segundo de cómo las equivocaciones que comete en la forma de comunicarle el diagnóstico al paciente. “Se aprende de la corrección que se les hace. Y eso no lo olvidan nunca. Saben que no deben mentir”, aclaró.Más allá de lo visto en estos cursos, la clave está en la observación y en el saber escuchar. Al respecto, Monti destacó que la angustia debe ser tenida en cuenta y que debe ser frenada y tratada apenas se la descubre o es confesada.Vínculos La información es otro de los aspectos a tener en cuenta. El médico debe preguntarle al paciente como quiere que se la suministre y si desea que participe la familia. A partir de ahí, se establece un vínculo especial en el que se trabaja el proceso de comunicación ida y vuelta.Etapa que los miedos, si no son superados, no es alcanzada. “Es el temor a compartir la emoción del otro y a no quebrarse, lo que a veces impide hablar. El paciente tiene derecho a saber cómo está su estado de salud porque tiene decisiones que tomar en su vida. Sobre todo, si su vida tiene un tiempo limitado. Por suerte, en el 80 por ciento de los casos quieren saber. Necesitan la confirmación”. Valga la obviedad, la mala noticia también repercute en la familia. Pero, cuando llega el momento final, es el alivio la sensación que predomina en cada uno de los miembros. Sin embargo, al instante le sigue la culpa por sentir ese estado. Por eso, todo el grupo debe participar en procedimientos como los cuidados paliativos como el tramo final para que “el paciente esté acompañado de la familia al momento del fallecimiento no muera solo. “Y de ser posible, si las condiciones clínicas así lo permiten y si él así lo quiere, que pueda hacerlo en su propia casa, rodeado de sus cosas”.Este ir y venir tiene una consecuencia directa que, según como se la vea, puede ser o bien positiva o bien negativa. Por ejemplo, en patologías oncológicas que, a veces, tienen un desarrollo de ocho, nueve años de controles permanentes, la amistad no tarda en desarrollarse. El problema es que, cuando llega el momento en que la enfermedad se dispara y ya no hay repuesta a los tratamientos curativos, el médico no puede decir qué es lo que le está pasando por el vínculo afectivo que existe. “Lo que hace, entonces, es derivarlo con mucho dolor porque sienten como que le pegan una patada. Si no hacen esto, lo siguen tratando con algo livianito de vez en cuando como para mantenerlo y que sientan que lo siguen tratando pero con una culpa muy grande. Es lo que vive y siente, además de la frustración de no poder curarlo”.Calidad de vidaLa esperaza también juega un rol predominante. Según Monti, nunca debe ser quitada, ni utilizar una bola de cristal para calcular cuantos meses de vida le queda a la persona enferma.“Uno trabaja desde la realidad, manteniéndole una esperanza en las cosas cotidianas. No es difícil de hacer. Es mucho más fácil de acompañar a vivir al paciente con la esperanza realista, que de lo que se cree normalmente”, acotó la profesional.En este sentido, la comunicación debe ser ofrecida de forma coherente con lo que siente el paciente, si no “se va a morir con sufrimiento y, por ahí no es físico, es emocional”.“No se debe callar nada pero tampoco se puede decir todo de una. Debe saber dosificar la información. Por eso, yo creo que el nudo de los médicos es el no poder diferenciar que a veces se puede curar y a veces se puede darle calidad de vida al paciente. Son dos cosas que tendrían que unirse y ellos saben como hacerlo”.
http://www.egrupos.net/grupo/enfermeriargentina/alta http://www.egrupos.net/grupo/enfermeria_de_las_americas/alta

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario