miércoles, 1 de julio de 2009

Una carta clara, precisa y concisa


Por: Dr. Carlos Alvarado Gálvez - Estimados amigos: Esta mañana, el Poder Judicial ordenó a las Fuerzas Armadas de Honduras exilar al Presidente de la República don Manuel Zelaya Rosales, quien fue puesto en un avión rumbo a Costa Rica; ello culmina una serie de irregularidades que se han dado en mi país. Estas irregularidades dieron inicio hace aproximadamente 4-6 meses cuando el Sr. Zelaya decidió realizar una consulta el día 28 de junio de 2009 referente a si en las próximas elecciones presidenciales progarmadas para el 29 de noviembre, se colocaba una urna adicional para convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva constitución y realizar reformas que según el haga la democracia "más representativa". Los problemas que surgieron con esta consulta son: La Constitución de Honduras prohíbe explicitamente que sea derrogada; no puede entonces convocarse a una Asamblea Nacional Constituyente. El Presidente nunca explicó en que consisten las reformas que harán más participativa la democracia. El Presidente Zelaya ha establecido vínculos cada vez más estrechos con los regímenes de Hugo Chávez, Raúl y Fidel Castro, Evo Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa; ello unido a que nunca explicó con claridad las reformas que pretende hacer, generó en los sectores pensantes de la sociedad hondureña (Iglesia Católica, Confraternidad de Iglesias Evangélicas, Sociedad Civil organizada en el Concejo Nacional Anticorrupció n, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos etc..) el creciente temor que lo que se pretendiese en realidad es llevar a Honduras a un sistema de gobierno análogo al venezolano, con el Presidente Zelaya convertido en un mandatario vitalicio como Hugo Chávez. El gobierno actual no se ha caracterizado precisamente por ser muy eficaz, al estilo por ejemplo de Lula o de Uribe, donde facilmente se hallaría calor popular a una reforma constitucional que permita la reelección presidencial si esta no existe. Al contrario, los escándalos de corrupción se han sucedido sin parar, y el Presidente, por primera vez desde el retorno a la democracia en 1981 no envió en septiembre de 2008 el Presupuesto Nacional de Ingresos y Egresos del Estado al Congreso Nacional para su discusión y aprobación; así que Honduras no tiene siquiera un presupuesto oficial para este año. Por todo ello, el Ministerio Público obtuvo del tribunal correspondiente (el Juzgado de lo Contencioso Administrativo) la prohibición de realizar dicha consulta, lo que fue ratificado por los Tribunal inmediatos superiores (la Corte de lo Contencioso Administrativo y la Corte Suprema de Justicia) el Sr. Zelaya apeló mediante sus abogados y sus apelaciones fueron rechazadas hasta el nivel de la Corte Suprema de Justicia. Además la Ley Hondureña manda que las consultas solo pueden ser convocadas por el Tribunal Supremo Electoral, y no por el presidente de la República. LO QUE TUVO QUE HACER EL PRESIDENTE FUE ACATAR LA LEY. Sin embargo, persistió en su intento y solo le cambió el nombre de consulta a encuesta. Posteriormente, el Ministerio Público, a solicitud del Tribunal Supremo Electoral ordenó el decomiso del material a usar en la encuesta, el cual estaba depositado en la Fuerza Aérea Hondureña (mismo que fue impreso en Venezuela y llegado al país en dos aviones de la fuerza aérea venezolana) Al saberlo, el señor Zelaya el pasado jueves 25 de junio, al frente de unos dos mil de sus seguidores se dirigió a la Fuerza Aérea a retirar dicho material, a pesar de la orden de decomiso; prudentemente el comandante de la base les dejó pasar para evitar derramamiento de sangre y sacar el material. La OEA declinó enviar observadores oficiales así que el Señor Zelaya invitó a miembros de partidos políticos de izquerda de otros países, sobre todo Nicaragua. Así las cosas, llegamos a esta mañana. La encuesta se iba a realizar sin ningún control de su veracidad: NO habría miembros de mesa electoral que representasen a ambos extremos de opinión que hiciesen un escrutinio imparcial.
No habría observadores internacionales legítimos (OEA). No se utilizó un censo electoral depurado por el Trtibunal Electoral para saber si los que llegasen a votar son verdaderos ciudadanos hondureños. No se empelarían urnas transparentes para garantizar que no estaban llenas previamente de votos. El recuento lo haría el grupo del Presidente, que sin duda se proclamaría ganador. Personalmente, yo hubiese preferido que se hubiese seguido un juicio al presidente en el Congreso Nacional (al estilo del "IMPEACHMENT" de los Estados Unidos) y no que se le exilase; aunque reconozco que ello pudo haber desencadenado la violencia en las calles, y él estará sin duda mejor en el exilio que en el banquillo de los acusados. Así las cosas, no hemos tenido en realidad un golpe de estado por las siguientes razones. No se han abolido las garantías constitucionales, no hay toque de queda. No se ha suprimido el Congreso Nacional ni el Poder Judicial. Las Fuerzas Armadas no han asumido el poder como ocurrió en 1956, 1963 y 1972. El último elemento de esta historia es una carta de renuncia irrevocable del Presidente y su gabinete de gobierno que acaba de ser leida en el Congreso Nacional. El Sr. Zelaya niega su autenticidad, el Comisionado de los Derechos Humanos, el Dr Ramón Custodio López (un hombre a quien yo considero de una rectitud sin lugar a duda) ha dicho que llamará a un calígrafo para examinarla. Las manifestaciones de apoyo al Sr. Zelaya de momento no han reunido la cantidad de personas que marcharon esta semana en contra de su encuesta en las dos principales ciudades del país. Confío en que Dios nos de sabiduría para sacar adelante a nuestro país evitando la ruptura del orden constitucional; y confío en sus oraciones para que lo logremos, para que Honduras siga siendo la casa de todos ustedes. Un abrazo.

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