sábado, 11 de julio de 2009

Asì se va rediseñando la web


Por: Alberto Rodriguez Barrera - Hay quienes pueden pasar toda una vida tratando de descifrar lo que realmente es diseño. Algunos lenguajes tienen diferentes palabras para las diferentes maneras en que pensamos sobre diseño. En Japón tienen la palabra sekkei, que connota diseñar un mecanismo, sistema o tecnología con métricas racionalizadas para la calidad. Dezain va más allá de la función del objeto hasta cómo nos hace sentir. Sekkei y dezain son pre-requisitos para crear un objeto, servicio o experiencia que es deseable en el mercado. Esto es hoy especialmente una verdad a medida en que más y más productos contienen una cada vez más sofisticada tecnología. Casar tecnología con sentimiento es el sueño que el diseño del siglo 21 busca realizar. Pero una cosa surge cuando se trata de tecnología, y es el sentimiento de que se está volviendo demasiado compleja para todo el mundo. Hoy buscamos la simplicidad en nuestras interacciones con todas las formas de tecnología, pero terminamos leyendo manuales de largo aliento o rindiéndonos. Buscar la simplicidad en el diseño y la tecnología es descubrir cuán compleja es realmente la simplicidad. La simplicidad es sobre cómo nos sentimos; complejidad es sobre las posibilidades que la tecnología nos trae. Y en una época en que es posible la ingeniería y la construcción de absolutamente cualquier cosa, tenemos la oportunidad de enfocarnos en los sentimientos -y no sólo las posibilidades- que la tecnología permite. La Web fue concebida para compartir documentos, no como medio para la expresión visual. La estética de las páginas Web, tal como era, derivaron de las pantallas de computadoras y de documentos "tipeados". Los tempranos usuarios de la Web no sintieron las limitaciones gráficas del hipertext markup language (HTLM); estaban tan encantados que todo lo demás era irrelevante. Primero funcionalidad, luego ancho de banda y finalmente búsqueda fueron las características de buenos websitios. Debido a que la gente utilizaba una variedad de navegadores y sistemas de operación para explorar la Web, las páginas tenían que ser flexibles. El ancho de la ventana, el tamaño del tipo, los fonts mismos, todo podía variar y a menudo lo hacía. La Web era tan nueva e interesante que a nadie le importó que fuera fea. Para muchos editores y diseñadores, New Media nació cuando John Cage, el evangelista de Sun Microsystems, presentó el navegador Mosaic (que luego se convirtió en Netscape) en 1995. Los diseñadores le prestaron poca atención, para ellos el navegador era software que les recordaba trabajo, pero no su trabajo. Su control de los detalles, la alta resolución de la página impresa, la saturación de color en las fotografías, la gran librería de tipos; todo eso fue amenazado por New Media. Al igual que cantar una canción o escribir una historia, diseñar una página impresa es un arte fundamentalmente unidireccional, o de uno-para-muchos. La flexibilidad de las estructuras Web confundieron y luego le bajaron los humos a muchos diseñadores tradicionales cuando comenzaron a diseñar páginas Web. Toda la cosa había sido desarrollada para dejar que los lectores -los usuarios, como los llamaron confusamente los desarrolladores de software, como si fueran adictos- tuvieran control. ¿Cómo podía ser eso? Por estas razones, y otras, la mayoría de los websitios de revistas eran aburridos hasta hace poco, porque eran versiones reempaquetadas de sus versiones impresas. Así fue que un nuevo pelotón asumió el diseño de websitios, creyendo que el pelotón de impresos no captaba la cosa, que lo que veían como si el nuevo paradigma se extendería para siempre. Les agradaba mucho el flujo doble-vía de la información, la flexibilidad de la Web, la inmediatez, y lo barato. Pero no era así como si estos tempranos diseñadores Web estuvieran comenzando con una página en blanco. Tenían que trabajar dentro de las limitaciones del navegador gráfico, que al principio ni siquiera podía ser dividido en marcos. El navegador Mosaic mismo tenía que trabajar dentro de los convencionalismos de la cacharrosa interface gráfica del sistema operativo Windows. Entra el arquitecto de la informaciòn - Para 1995, sin embargo, había crecido una generación con el computador personal. Adaptarse a las mañas de otra aplicación Windows no era gran cosa. Un nuevo tipo de especialista, el arquitecto de la información, emergió. Trataron de crear una lógica general para el diseño de un sitio. Pero al crecer la Web, estos arquitectos formaron una especie de sacerdocio, con sus propios misterios. Algunos procedieron como si la arquitectura informativa debía separarse del diseño. Para 1999, con el boom puntocom en pleno furor, los equipos de desarrollo Web se habían dividido en grupos mutuamente incomprensibles; desarrolladores de software, arquitectos informativos, expertos de búsqueda, y hasta expertos de "usabilidad". Dentro de todo el pandemonio, mucha gente se hizo rica, y se volvieron un poco locos. Los "red-dadanos" y los "digerati" despidieron a los viejos tipos de impresos como fetiches de madera vieja, que merecían su destino de olvido. La Web creció, y los usuarios se acostumbraron a los convencionalismos de la interface Web. Pero a pesar de todos sus poderes, el navegador está atrapado en un mundo de halar menús hacia abajo y cajas de diálogo. No es un mundo fácil para desenvolverse. Porque la Web está basada en HTML, debimos adivinar que los usuarios terminan moviéndose de link a link. Google entendió esto. La búsqueda se hizo la manera preferida para desenvolverse porque la Web se había hecho tan grande y los sitios tan confusos que la cosa más fácil de hacer era entrar una palabra clave. Justo en el momento en que la búsqueda se hizo dominante, la naturaleza de la Web comenzó a cambiar. Mientras siempre ha sido relativamente fácil poner cosas en un sitio, se hizo mucho más fácil con herramientas como Blogger y Movable Type, y proliferaron los blogs simples. Con Friendster, y luego MySpace, las páginas Web ya no sólo vinieron de corporaciones, universidades y gobierno; vinieron de todas partes. Pero la democratización hizo poco para mejorar el diseño. Worpress le ofreció a la gente plantillas para páginas Web diseñadas, pero pocos se molestaron en modificarlas. La mayoría de los blogs se veían como blandos websitios convencionales. Aunque alguna gente puso historias y fotos más ricas, como LiveJournal, muchos millones más sólo agarraron cámaras Web y postearon sus videos en YouTube. Yendo màs allà del HTML - Los profesionales del diseño, mientras tanto, estaban quemándose lejos de HTML, y acercándose hacia las tecnología de autorías multimedia como Adobe Flash y WPF (Windows Presentation Foundation, una tecnología competidora de Microsoft). Los publicistas, nunca satisfechos con el "look" de la Web, comenzaron a diseñar sus avisos como imágenes separadas, para así poder controlar la ubicación de imágenes y utilizar sus propios fonts. A medida en que creció el ancho de banda, los avisos comenzaron a rocanrolear con Flash. Hoy, todo estudiante de diseño y fotógrafo profesional pareciera tener un sitio personal hecho en Flash, algunos con interfaces no funcionales, otros con goteantes gráficas, unos pocos con maravillosamente suaves y elegantes pantallas que utilizan impactantes tipografías y movimiento. Ahora es posible bajar sitios totalmente Flash y WPF y correrlos cuando se quiera. Un ejemplo es el New York Times Reader. Los typefaces son propios del Times, y los fonts son claros. Las columnas están justificadas, y un algoritmo limita el número de líneas sueltas. Si uno redimensiona las ventanas, las columnas refluyen, las fotos cambian de tamaño, y los aviso caen dentro y fuera. Pero los diseñadores se resisten a nuevas ideas como el Times Reader. Y los diseñadores Web también rechazaron a Flash al principio. Quizás sea inquietante para los digerati comprender que su nuevo paradigma ya está haciéndose viejo. Para el resto de nosotros, la posibilidad de formas más ricas para los medios de Internet es bienvenida. Las comunicaciones continuarán en el HTML Web, pero ahora más llamativas maneras de contar historias en texto y películas están siendo traídas en línea por "clientes" como Flash y WPF. Puede ser que esto aún no se sienta como haber llegado a casa para los viejos diseñadores de impresos que gustan de hacer una página a la vez, como artistas. Pero la televisión, las revistas y los periódicos están convergiendo en línea y pronto aparecerán en pantallas portátiles y baratas, llevando la marca del viejo mundo, como el Times Reader. Aunque no será la vieja experiencia, tendrá que ser interactiva. Los diseñadores no tendrán mucho éxito en este nuevo mundo si tratan de diseñar cada rica pantalla una a la vez. Ya los mejores diseñadores Web hacen plantillas que funcionan conjuntamente en un sistema de diseño. ¿Por qué no hacer posible que los usuarios las adapten como crean conveniente? Quizás la manera de que los diseñadores tomen control del medio sea dejándolo ir. Deberían diseñar plantillas para que todo el mundo las use.

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