lunes, 28 de enero de 2008

El show de al lado


Por: José Félix Escobar-Enero 28 de 2008-http://www.elpais. com.co/HOY/ OPN/opi04. html Venezuela es un país serio, con una historia independiente tan extensa y rica como la nuestra. Ha sufrido de muchos de los males del subdesarrollo, pero hasta 1998 había encontrado la manera de superarlos por vías racionales. Son proverbiales sus enormes riquezas naturales. Cuenta con un excelente nivel cultural en amplias capas de la población. Brilla, entre todas las actividades del espíritu, la música: su programa de Orquestas Juveniles —modelo mundial— ha recibido la consagración internacional en la persona de Gustavo Dudamel, el violinista y director de orquesta de 27 años de edad que acapara elogios en todas partes. En ocasiones, las divinidades suelen poner a prueba a los seres humanos, para templar su fortaleza. Fue así como ignotos designios lograron que, a fines de 1998, las mayorías venezolanas eligieran como presidente a Hugo Rafael Chávez Frías, un corpulento ex militar, conocido hasta esos momentos por dos ambiciones frustradas: ser beisbolista, afición que nunca cuajó, y dar un golpe de Estado, actividad en la que trató y trató, pero que tampoco coronó. Como era de esperarse, los venezolanos rápidamente se dieron cuenta de que habían elegido a un megademente y trataron de quitárselo de encima mediante un golpe de Estado que, al final, resultó ser de opereta. De ahí en adelante la historia tiene un solo nombre: petróleo al alza. El Presidente del vecino país se aferró al poder y comenzó una serie de desafueros, patanerías, despropósitos y abusos que solamente han sido tolerados por la facilidad con la que el antiguo coronel regala dinero a diestra y siniestra. Más a la siniestra, desde luego. En las últimas semanas parece que el dictador venezolano no se ha tomado sus medicinas y se ha mostrado más fuera de control que nunca. ¿A quién se le ocurre correr el tiempo de su país sólo media hora? A Hugo Chávez, quien parece desconocer que los husos horarios en el mundo se suelen contabilizar por espacios de 60 minutos. ¿A quién se le ocurre darle órdenes de contracorriente a la economía, como la de no comprar alimentos a Colombia, donde salen más baratos, sino a Nicaragua o Brasil? A Hugo Chávez. ¿A quién se le ocurre que el desabastecimiento de bienes primarios que afecta a Venezuela se soluciona poniendo a la petrolera estatal a comercializar alimentos? Pues a Hugo Chávez. La interminable sarta de insultos que el Mandatario del vecino país dedica a los gobernantes colombianos tiene que ser calificada por nosotros como los exabruptos de un loco. Que no se nos vaya a ocurrir tomarla en serio. Lo que sí debemos pedir a nuestros hermanos venezolanos, a Dalita Navarro, a Moisés Naím, al gobernador Rosales y a todos los sensatos que quedan, es que, por favor, den por finalizado el show del loco de al lado. Los venezolanos lo eligieron. Los venezolanos tienen el deber de librar a América Latina y al mundo de ese penoso espectáculo.

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