viernes, 5 de octubre de 2007

Las grietas de la tinaja


Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, y cuando llegaba a su destino sólo contenía la mitad del agua; la otra era perfecta, y conservaba toda el agua
después del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines por los que había sido creada.

La pobre vasija agrietada, por el contrario, estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación.
Después de dos años, la vasija quebrada habló al aguador, diciéndole así: "Estoy avergonzada y quiero disculparme contigo, pues, debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.” El aguador, respondió compasivamente:
"Cuando regresemos a casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a todo lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. Y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas, pero aún se sentía apenada porque, al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar. El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza." Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Somos vasijas agrietadas. Debemos saber que es posible aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Reconozcámoslas cuanto antes para aprovecharlas al máximo. No olvides que nadie es perfecto.

Cortesía de HUMANNET, e-mail: humannet@cantv.net

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