LAI - Twitter: @sanlaisito
La cocina italiana es una de las más internacionales pero, como ocurre con todas
las preparaciones regionales que se globalizan, en el camino ha perdido muchos
de sus aspectos fundamentales. En todo el mundo comemos pasta y pizza, pero,
en la mayoría de hogares y restaurantes no se respetan las normas básicas de la
cocina italiana tradicional, muy dada, por otro lado, al dogma gastronómico.
La Academia Barilla, una de las más prestigiosas escuelas de cocina de Italia –situada en la ciudad de Parma–, ha publicado esta semana un decálogo con los errores más comunes que los extranjeros cometen al acercarse a la comida italiana. La institución, que tiene entre sus objetivos “defender y salvaguardar los productos alimentarios italianos elaborados por reputados artesanos y con denominación de origen de las imitaciones de mala calidad”, y “promover y difundir el papel que juegan estos productos en la cocina italiana tradicional”, no deja lugar para la heterodoxia. O es cocina italiana, o no lo es.
La Academia Barilla, una de las más prestigiosas escuelas de cocina de Italia –situada en la ciudad de Parma–, ha publicado esta semana un decálogo con los errores más comunes que los extranjeros cometen al acercarse a la comida italiana. La institución, que tiene entre sus objetivos “defender y salvaguardar los productos alimentarios italianos elaborados por reputados artesanos y con denominación de origen de las imitaciones de mala calidad”, y “promover y difundir el papel que juegan estos productos en la cocina italiana tradicional”, no deja lugar para la heterodoxia. O es cocina italiana, o no lo es.
El listado de los diez errores más comunes está claramente orientado al comensal anglosajón, pero en España, pese a estar más cerca, tampoco nos libramos de castigar el recetario italiano. Hasta hace muy poco la única elaboración italiana que conocíamos era los macarrones con chorizo, y no precisamente al dente, y, aunque ahora sea “lo más” ofrecer risotto de tapa, seguimos cometiendo errores de libro. Para todos los amantes de la ortodoxia en la cocina –y en lo que respecta a la tradición italiana seguir la tradición es garantía de éxito–, estos son los diez errores que nunca se deben cometer.
1. Ofrecer la pasta como acompañamiento
Ni
la pasta, ni el risotto,
deben servirse nunca como acompañamiento. Exceptuando en recetas como las carnes
“a la milanesa”, la
pasta y el arroz se toman en Italia como plato principal algo que,
además, es obligatorio si no queremos que nuestro consumo de calorías se
dispare. En Italia es “sacrílego” utilizarlos como guarnición, un espacio que
está reservado, casi en exclusiva, a las verduras.
2. Echarle kétchup a la pasta
El
colmo absoluto de todos los atentados al recetario italiano es acompañar la
pasta con kétchup, una salsa que sigue bañando los espaguetis –cortados– de
media España, sobre todo cuando van destinados al comensal infantil. La
Academia Barilla califica esta práctica como un “auténtico pecado
culinario”, aunque se olvida del resto de salsas de tomate de bote, que
en Italia no están nada extendidas. La realidad es que, para triunfar con un
buen plato de pasta con tomate, es necesario elaborar una salsa casera. Hay
miles de recetas y, aunque hay productos muy dignos, ningún preparado industrial
supera las bondades de una salsa elaborada con tomates frescos de temporada. En
invierno, sin embargo, los tomates pelados de bote pueden ser la mejor
alternativa.
3. Cocer la pasta en agua con aceite
En
España es muy habitual echar un chorro de aceite de oliva al agua en que se
cuece la pasta, una costumbre que, según apuntan en la Academia Barilla, no
aporta nada a los platos. En su opinión,
el aceite debe añadirse tras escurrir la pasta.
Otra fea costumbre española de la que se olvida el decálogo es la de lavar la pasta en agua fría antes de escurrirla, algo que sólo sirve para que ésta pierda sabor. La Academia ofrece sus propias instrucciones para cocer la pasta “al dente”.
Uno de los secretos, aseguran sus chefs, reside en escurrir la pasta un minuto antes del tiempo de cocción indicado en el paquete, pues la pasta seguirá haciéndose mientras la cocinamos con la salsa.
4. Acompañar los espaguetis con salsa boloñesa
Aunque
los espaguetis a la boloñesa son uno de los platos italianos más populares, la
Academia Barilla asegura que la receta es una invención internacional, imposible
de encontrar en ningún restaurante de la ciudad que le da nombre.
La famosa salsa, que sí es uno de los clásicos básicos de la cocina italiana,
suele acompañarse de tagliatelle,
la pasta típica de Bolonia que en Italia se cocina siempre con huevo, no de
espaguetis.
Puntualizaciones
quisquillosas aparte –por mucho que lo diga la Academia Barilla la diferencia
entre unos espaguetis y unos tallarines no es para tirarse de los pelos–,
hay
muchas recetas italianas que se han pervertido en su paso al recetario
internacional. En España es particularmente sangrante el caso de los
espagueti a la carbonara, que solemos embadurnar en nata, un ingrediente del que
carece la auténtica receta italiana que se elabora con huevo.
5. Usar el pollo como ingrediente de un plato de pasta
“Nadie
en Italia echaría pollo a la pasta”, asegura el decálogo de la Academia Barilla.
Según la escuela de cocina es algo muy típico en EEUU. En España, por el
contrario, no es en absoluto popular. Con
los ingredientes parece que somos más respetuosos, aunque quizás sea porque
contamos con una materia prima parecida. Una de las costumbres más
arraigadas en España es la de preparar la pasta con atún, algo que también hacen
los italianos. De hecho, en Italia la pasta con pescado o marisco es
tremendamente popular. Los espaguetis al fruti
de mare o, simplemente, con mejillones, son uno de los preparados más
exitosos.
6. Pedir una ensalada César en Italia
La
ensalada César es un plato muy popular, presente en las cartas de cafeterías y
restaurantes de todo el mundo, pero no es una receta italiana. De hecho, es muy
difícil de encontrar en el país de la bota. Hay
diversas versiones sobre el origen de la ensalada, pero todas coinciden en que
empezó a servirse en México y más tarde pasó a EEUU. Se cree que su
inventor, Alex
Cardini –que sí era italiano– la diseñó en el restaurante que su
hermano, César
Cardini, regentaba en Tijuana: el Cesar´s
Place. Aunque otras historias sitúan su origen en Ensenada, lo que es
seguro es que César Cardini patentó la salsa en Los Ángeles en 1948 y desde
entonces comenzó a popularizarse en EEUU.
7. Decorar el restaurante con manteles de cuadros rojos y blancos
El
cine ha explotado la imagen del típico restaurante italiano con velas, grandes
platos de pasta, jarras de vino y manteles ajedrezados en rojo y blanco. Los
tres primeros elementos pueden ser ciertos, pero según la Academia Barilla los
manteles ajedrezados no son típicos en ningún lugar de Italia.
8. Pedir un capuccino después de comer
En
Italia el capuccino
sólo se toma en el desayuno, nunca después de las comidas, cuando se toma el
café espresso
o macchiato
(el equivalente a nuestro cortado). No es que no lo sirvan en los restaurantes,
pero es algo reservado para los turistas. Hay
que recordar que el capuccino
es más contundente que nuestro “relajante” café con leche, que en
muchos puntos de España está a medio camino entre el macchiato
y el capuccino.
9. Buscar los Fettuccine Alfredo en Italia
Aunque
los Fettuccine
Alfredo sí son una invención italiana, nadie en el país los conoce con ese
nombre. La salsa Alfredo es un sencillo acompañamiento para la pasta a base de
mantequilla y queso parmesano que se hizo famosa en el restaurante Alfredo alla
Scrofa de Roma, propiedad de Alfredo
di Lelio.Por alguna razón que desconocemos,
la receta se popularizó en EEUU y por ende en el resto del mundo con el nombre
que le dio el avezado restaurador, pero se trata sólo de una versión de
los tradicionales Fettuccine
al burro –es decir, “a la mantequilla”–, uno de los platos básicos de la
cocina italiana, que sí se pueden encontrar en cualquier restaurante.
10. Ir a comer solo
El
último punto del decálogo de la Academia Barilla –que bien podrían haber
titulado “cocina italiana para Dummies”– tiene más que ver con las costumbres de
la sociedad italiana que con la comida en sí. Según los chefs de la escuela, en
Italia nunca se va a un restaurante solo (algo que, hoy en día, resulta chocante
de ser cierto), pues la
comida se disfruta siempre en familia o con amigos. “El amor y la
familia lo es todo”, concluye el decálogo.
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