Por: Magda Mascioli G.
A veces pasa tiempo antes de que a uno le “caiga la
locha”.
Para quienes no conocen el significado de “caerle la
locha”, les explico.
Una de nuestras monedas, en Venezuela, era la locha.
Dicha moneda tenía un valor de 12 céntimos y medio de un bolívar. En los años
50-60 existían las rocolas, que funcionaban con una de esas monedas. Las
personas introducían en la ranura una locha y elegían la canción que querían
escuchar.
Era usual que la locha se quedara atascada, momento en
el que el usuario le daba ligeros golpes a la rocola logrando así que la locha
siguiera su camino, hasta que por fin la canción comenzaba a sonar. De allí la
expresión “le cayó la locha”.
En el argot nuestro cuando uno dice “por fin me cayó
la locha o le cayó la locha” significa no solo que uno se ha dado cuenta de
algo, sino que lo ha hecho con retardo.
Bueno, aclarado eso, vayamos al punto.
Me ha llamado la atención que ya en varias ocasiones vía
twitter, se ha sacado en cara la ayuda que se le diera a los empleados
petroleros cuando a consecuencia de habernos sumado a la huelga general del
2002, posteriormente, el régimen de Hugo
Chavez nos botara de nuestros trabajos. Y reitero: huelga general y NO paro
petrolero porque esa huelga no la convocamos nosotros sino que nos sumamos
posteriormente.
Hay cosas que me llaman a reflexión en situaciones
como estas.
Una: en mi casa me enseñaron que cuando uno brinda
ayuda a alguien, sea quien sea, lo debe hacer de corazón, razón por la que
jamás y bajo ninguna circunstancia, lo debe sacar en cara posteriormente. La
ayuda se agradece, si, pero también podría yo decir en descargo nuestro que
nosotros no la pedimos. ¿Estaría pecando de malagradecida al decirlo? No lo
creo. Simplemente estaría dando respuesta a quienes hoy lo sacan en cara.
Dos: en mi casa también me enseñaron que cuando uno
brinda ayuda a alguien, sea quien sea, no lo debe hacer esperando que eso le
sea retribuido por vía directa o indirecta, de ninguna forma. Porque si eso es
lo que se espera, entonces eso no es ayuda; es interés, inversión, es cualquier
otra cosa… pero NO ayuda.
Tres: una persona el día viernes me dijo por twitter
que las personas que el régimen botó de las estaciones de radio que cerraron NO
RECIBIERON AYUDA (dicho así, en mayúsculas). A buen entendedor, pocas palabras.
Lo entendí como un recordatorio claro de que a diferencia de ellos, los
empleados petroleros sí la recibimos.
En efecto, los expropiados, los botados en las
estaciones de radio y empresas que han cerrado, etc., no recibieron igual cobertura
de los medios ni la ayuda en general.
¿Por qué sería? ¿Sería porque fuimos 20.000 personas
botadas de un solo golpe y eso impactó más? ¿Sería porque se trataba de la
industria petrolera? ¿Por qué?
Reflexionando… ¡me cayó la locha!
Y no con poca tristeza me pregunto: ¿Cuál es el único
razonamiento que me queda que justifique esa realidad? ¿Que se suponía que
siendo empleados de PDVSA podríamos hacer el trabajo? ¿Que se esperaba que
20.000 personas hiciéramos, SOLOS, lo que debe hacer la ciudadanía UNIDA? ¿Que
muchos, quieran aceptarlo o no, no nos tenían absolutamente ningún tipo de
aprecio HASTA que creyeron que nosotros les resolveríamos el problema? ¿Que se
pensó que era más fácil dar unos potes de leche, ropa, comida, para que el
grupito hiciera el trabajo duro para “yo no arriesgar”?
Y me pregunto ¿Fue esa la razón por la que no se le
dio a los botados de otras instancias, la misma “importancia” y “trascendencia” que se nos diera a nosotros?
Quién sabe.
Muchos, por no decir muchísimos, pensaron que mientras
se quedaran callados, nada les iba a pasar. Que ellos protesten y yo los aúpo
desde mi oficina. Mientras les pase a ellos, no es mi problema.
Cuando cerraron
RCTV, por ejemplo, muchos se quedaron tranquilos porque eso le pasaba a los de
RCTV por X o Y, pero a nosotros no nos va a pasar. Cuando nos botaron a los de
PDVSA no fueron pocos los que pensaron que como podían poner gasolina,
entonces esos 20.000 no eran necesarios. Y así podría pasar todo el día. Pero
no es la idea.
Lo que sí tengo muy claro es que no es a base de
HEROESVALIENTES como vamos a salir de este problema gravísimo que tenemos. No
es dando “ayudas” con miras a que quienes la reciben “RESUELVAN”, mientras yo sigo
callada en mi puesto porque no puedo arriesgar, ni firmar, ni levantar mi voz. No es delegando la responsabilidad individual en otro para quedarse a buen resguardo... resguardo que, a la final, tal como lo hemos podido comprobar fehacientemente, ¡NO EXISTE!
No ayude si lo hace esperando que otros hagan la parte del trabajo que le corresponde porque, a la postre, quien no asume su responsabilidad, siempre termina cayendo en su propia trampa.
Lo bueno de todo esto es que por fin ¡me cayó la locha!
Que bueno y que lástima... todo al mismo tiempo.
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