En la vida diaria, las personas van experimentando pérdidas: dejar el biberón, la pérdida de la infancia, de la adolescencia, algunos amigos que se van por razones personales o por muerte, pérdida de habilidades o hábitos, cambio de escuela, de casa, se pierde la soltería, un divorcio o una separación… unas pérdidas más intensas que otras. Y para cada pérdida, se vive un proceso hasta llegar a aceptar que la cosa perdida o la persona ya no están más con uno. Este proceso se llama “duelo”, y como todo un proceso, tiene sus etapas. Según Elisabeth Kübler Ross, las cinco etapas son:
Negación — “Me siento bien”; “Esto no me puede estar pasando, no a mi”.
Ira — “¿Por qué a mi? ¡No es justo!”; “¿Cómo me puede estar pasando esto a mi?”.
Negociación — ; “Haré cualquier cosa por un par de años más”;pudiera tener mas tiempo…”
Depresión — “Estoy tan triste, ¿Por qué hacer algo?”; “Voy a morir, ¿Cuál es el punto?”; ” ¿Por qué seguir?”
Aceptación — “Todo va a estar bien.”; “debería prepararme para esto”.
Estas crisis individuales se producen tanto a nivel individual en nuestro quehacer diario, como en cualquier proceso de perdida o duelo. Pero también sucede esto a nivel local, global o planetario (crisis económica mundial). En estos momentos de crisis, tal vez sea interesante plantearnos en que etapa nos encontramos cada uno de nosotros…
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