viernes, 14 de mayo de 2010

Ciudadano Venezolano: este mensaje es para tí


Un elefante se encontraba all borde de un arroyo. El agua pasaba, clara y cristalina. Tuvo deseos de beber. Se inclinó sobre el agua, empapó su trompa y ¡plof! ¿Qué es lo que pasa? AAAaaaarrrrggggghh ¡perdí mi ojo!, se gritó el elefante lleno de pánico. Efectivamente, su ojo derecho se le había caído al fondo del arroyo. El mastodonte pretendió encontrar su precioso globo pero no veía nada. Entonces, impaciente agitó su trompa en todos los sentidos. Pretendiendo alcanzar su ojo con la trompa en el fondo del arroyo, removió tanto que el agua se volvió turbia. Cuanto más agitaba la trompa, más se alborotaba la arena haciendo así más difícil encontrar el ojo. Repentinamente el elefante se puso a gritar a garganta desplegada. Furioso, levantó la cabeza y vio sobre una roca al borde del agua a una pequeña rana verde la que, viendo al elefante, reía y reía. ¿Qué encuentras tan divertido? le preguntó con rabia el elefante a la rana. Perdí mi ojo y ¿eso te hace reir? La rana respondió: Lo que es divertido es ver lo que haces. ¡Calma! todo irá mejor. La rabia y el desespero no te ayudaran. El elefante, un poco avergonzado, siguió al consejo de la rana. Se calmó y dejó de agitar su trompa. El agua se volvió a calmar y poco a poco la arena volvió a caer sobre el fondo. En ese momento el elefante vio su ojo, intacto. Lo agarró con la trompa y se lo volvió a poner en su sitio... sin olvidar agradecerle a la rana verde.
Con la rabia y la desesperación, muchas veces hacemos más difíciles los problemas y las dificultades. Siempre con tu actitud puedes hacer mas fácil y grata la solución a las dificultades. Además, si ríes tendrás más ayuda y con la serenidad tendrás una visión más clara de tus posibilidades y tus recursos. La rabia creará tempestades y mayores dificultades.

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