miércoles, 22 de julio de 2009

No doblegarán mi espíritu


Por: Enrique Pereira - Lo único que nadie debe perder en esta larga carrera es la esperanza. Digo más, ésta es definitivamente una prueba de la capacidad de aguante de una sociedad. Todos los días nos dan un nuevo motivo para perder la fe. Cada nuevo día una nueva aberración surge de este mentiroso y desquiciado gobierno, para que cada amanecer ponga a prueba nuestra capacidad para continuar de pie. Cada noble venezolano debe estar en capacidad de entender que diez años son un tiempo insignificante en la vida de una nación y que poseedores de la fortaleza más importante que tenemos los débiles –nuestra paciencia- continuaremos empujando en silencio para acabar con esta patraña engañadora y llena de vacías ilusiones. Usted lee solamente los títulos que le parecen cercanos a la realidad que quiere encontrar. Cualquier cosa que lleve por titulo: golpe, final, militares revueltos y protestas tienen un atractivo especial que lo empuja a leer esa nota con avidez. Usted espera encontrar en esas letras algo cierto que le indique que esto se acaba. Eso se llama esperanza y ese es el motor que le permite seguir anhelando un final. Malo, muy malo cuando deja de soñar en su patria liberada y cuando entrega sus únicas y verdaderas armas que no son otras que un fuerte espíritu de lucha. No podemos permitir que dobleguen nuestro espíritu. No somos cubanos y no permitiremos que nos conviertan en símiles de esa acogotada sociedad de mudos y temerosos silencios. Yo nací y me crié entre mis historias, mis espacios y mi tiempo. La libertad se forjó en mí, como un valor único, acerca del cual nunca tuve que hacerme preguntas. Nadie podrá a estas alturas del juego, retirar de mi pensamiento y de mi espíritu ese valor tan aferrado a mí. Tal como yo, millones de venezolanos pensamos de la misma manera. Somos eso sí, un pueblo acostumbrado a la vida fácil, aunque me duela decirlo, a que alguien me resolverá el problema y que la solución no está en mi sino en algún elemento externo a mi. Este gobierno no entendió lo que la libertad significa para cada venezolano. Quiso que cada uno de nosotros aceptara un juego de reglas que no tiene respuesta genética en nuestra sociedad. Empuja en la dirección equivocada y cada día que pasa, nos damos cuenta de las mentiras que nos cuenta para tratar de introducirnos este supositorio socialistoide. Ayer recibimos una muestra de lo que represión y falta de libertad pueden significar: Al final de una asamblea que realizaban los trabajadores de Sidor, efectivos de la Guardia Nacional incautaron de las cintas de grabación y memorias de las cámaras fotográficas de seis medios de comunicación, en una acción completamente fuera de lo legal, argumentando que tienen un alto interés para personas o países enemigos de Venezuela, debido a la importancia de las empresas básicas en la economía del país. Entre este acto y que pongan preso a alguien por pensar contrario al proyecto, hay una distancia demasiado corta para mi gusto. Sigan así, cada día un nuevo venezolano se une a la esperanza de que esto terminará. Somos un país que no permitirá que dobleguen su espíritu.

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