miércoles, 4 de julio de 2012

Foro-bla-bla


EDITORIAL DE ANALITICA  
Esta semana tenemos en Caracas a una amplia representación de los izquierdistas habladores. Vienen con su misma retórica vacía, volverán a hablar mal de los países que prosperan, se reunirán aquí porque alguien pagó sus pasajes, alguien paga sus habitaciones de hotel y sus comidas Si algo domina la izquierda mundial es la palabrería. Los izquierdosos del mundo son magros en obras pero magos en frases rimbombantes. Hay que reconocerles que al menos los que más hablan suelen tener suerte porque siempre consiguen almas jóvenes entusiastas que los escuchan y algunos mandatarios que encuentran en esa palabrería caminos para hacer creer que ellos, realmente, ayudarán a los más pobres.

Hay que aclarar, de todas maneras, que hay izquierdas e izquierdistas diferentes. Una cosa es la izquierda europea que ha construido exitosos sistemas de bienestar en los países del norte, y otra la izquierda latinoamericana que ha levantado y sostenido tiranías brutales como la de Fidel Castro en Cuba. Una cosa es la izquierda soviética que para defender a los rusos explotados y esclavizados por la aristocracia zarista, encadenó a los mismos rusos explotados para levantar un nuevo imperio militar que se dedicó a esclavizar a otros pueblos para terminar desplomándos e porque con todos sus misiles, satélites, tanques y cañones, jamás supieron cómo alimentar rudimentariamente a los pueblos que dominaron por la fuerza, y otra la izquierda chilena que supo sostener la concertación política y económica para hacer de su país uno de los primeros y más prósperos de América Latina.

Esta semana tenemos en Caracas a una amplia representación de los izquierdistas habladores. Vienen con su misma retórica vacía, volverán a hablar mal de los países que prosperan, proclamarán defensas etéreas de pueblos que según ellos son explotados, culparán a Estados Unidos de todos los males. Son los mismos que se han dejado manejar por un Lula Da Silva que se presenta como uno de sus dirigentes, pero aplicó todas las recetas capitalistas para impulsar al Brasil, incluyendo planes para reducir, de verdad, la pobreza.

Se reunirán aquí porque alguien pagó sus pasajes, alguien paga sus habitaciones de hotel y sus comidas. Volverán a hablar de lo mismo, ¿para qué cambiar una palabrería que les ayuda a hacer turismo y a vivir bien sin tener que marcar horas de llegada y de salida? Después se irán de lo mas contentos mientras en Venezuela la izquierda autóctona no logra electrificar al país.

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