jueves, 17 de septiembre de 2009

Alerta epidemiológico - ATENCIÓN


ALERTA EPIDEMIOLÓGICA Nº 80 - NUEVA INFLUENZA A (H1N1) - José Félix Oletta López - III. Medidas para los establecimientos escolares - Gripe pandémica (H1N1) 2009. Nota informativa núm. 1011 DE SEPTIEMBRE DE 2009 GINEBRA - La OMS publica una serie de recomendaciones acerca de las medidas que se pueden adoptar en las escuelas para atenuar el impacto de la pandemia de gripe por H1N1. Las recomendaciones se basan en las recientes experiencias de varios países, así como en estudios de las consecuencias sanitarias, económicas y sociales del cierre de escuelas. Los estudios han sido realizados por miembros de una red oficiosa de la OMS de modelización matemática de la pandemia.Segú n los datos obtenidos hasta la fecha, las escuelas participan en la amplificación de la transmisión del virus, tanto en el interior de los establecimientos como en el conjunto de la sociedad. No cabe duda de que la aparición de brotes en las escuelas es un aspecto importante de la actual pandemia, pero no se dispone de ninguna medida que por sí sola pueda detener o limitar la transmisión en las escuelas, que son lugares particularmente propicios para la transmisión del virus.La OMS recomienda la aplicación de una serie de medidas que se pueden adaptar en función de las situaciones epidemiológicas locales, los recursos disponibles y el papel social que desempeñan muchas escuelas. Las autoridades nacionales y locales son quienes mejor pueden decidir cuáles son las medidas que habría que adaptar y aplicar, y de qué modo.La OMS sigue recomendando que los alumnos, los profesores y los demás empleados que no se encuentren bien se queden en sus casas. Por otra parte, habría que disponer de planes y de espacio para aislar a los estudiantes y los empleados que enfermen en la propia escuela.Las escuelas deberían promover la higiene de las manos y una conducta cívica al toser y estornudar, y hacer acopio de los suministros apropiados. Asimismo, se aconseja limpiar y ventilar adecuadamente los locales, para disminuir los efectos de la aglomeración de personas.Cierre de escuelas y suspensión de las clasesLas decisiones relativas a la conveniencia de cerrar las escuelas son complejas, y dependen en gran medida del contexto. La OMS no puede formular recomendaciones específicas a favor o en contra del cierre de escuelas que sean de aplicación en todos los entornos. Sin embargo, sí pueden ofrecerse orientaciones generales a la luz de las experiencias recientes de varios países tanto del hemisferio septentrional como del austral, de la modelización matemática, y de las experiencias adquiridas durante las epidemias de gripe estacional.El cierre de escuelas puede ser una medida proactiva, encaminada a disminuir la transmisión en la escuela y la propagación al resto de la comunidad, pero también puede ser una medida reactiva, si se cierran los establecimientos o se suspenden las clases porque el elevado ausentismo entre los estudiantes o el personal impida proseguir la actividad docente.El efecto benéfico principal del cierre proactivo de las escuelas, en términos sanitarios, es el freno de la propagación del brote dentro de una zona determinada, y por consiguiente el recorte del número máximo de infecciones en el momento álgido. Ese efecto es particularmente importante cuando el número de personas que necesitan asistencia médica en el pico de la pandemia amenaza con saturar o desbordar la capacidad de los servicios de atención de salud. El cierre escolar puede también proporcionar algo de tiempo a los países en el momento en que intensifican las medidas de preparación o hacen acopio de reservas de vacuna o medicamentos antivirales, o prevén otras intervenciones.Es particularmente importante el momento elegido para cerrar las escuelas. Los estudios de modelización sugieren que el cierre escolar ofrece los mayores beneficios si se efectúa en una fase muy temprana del brote, en lo posible antes de que enferme el 1% de la población. Se estima que en condiciones ideales el cierre de las escuelas puede disminuir entre el 30% y el 50% la demanda de asistencia sanitaria en el máximo de la pandemia. Sin embargo, si el cierre se produce demasiado tarde en el transcurso de un brote que afecte al conjunto de la comunidad, la disminución de la transmisión probablemente sea muy escasa.Las políticas de cierre de establecimientos escolares deben prever medidas que limiten el contacto entre los escolares fuera de los centros. Si los estudiantes se reúnen fuera de las escuelas, seguirán transmitiéndose el virus, y los beneficios del cierre disminuirán en gran medida, si no se anulan por completo.Costos económicos y socialesEn el momento de adoptar medidas, las autoridades sanitarias y escolares deben tener presentes los costos económicos y sociales, que pueden ser desproporcionadamen te elevados respecto de esos beneficios potenciales. Los principales costos económicos son consecuencia del ausentismo laboral de los progenitores o tutores, que deben quedarse en casa para ocuparse de los niños. De las estimaciones de los estudios se desprende que los cierres escolares pueden provocar el ausentismo del 16% de la fuerza de trabajo, que habrá que sumar a los niveles ordinarios de ausentismo y a los provocados por la enfermedad. De todos modos, esas estimaciones varían considerablemente según los países en función de varios factores, en particular de la estructura de la fuerza laboral.Paradójicamente, el cierre de una escuela puede disminuir la demanda máxima impuesta a un sistema de salud y a la vez perturbar la prestación de atención de salud esencial, puesto que abundará el personal médico y de enfermería con hijos en edad escolar.A la hora de tomar la decisión habrá que considerar asimismo las cuestiones sociales, pues la salud y el bienestar de los niños pueden verse perjudicados si se interrumpen determinados programas escolares socialmente muy benéficos, tales como los de distribución de alimentos, o si los niños tienen que quedarse en casa solos y sin supervisión.SaludLas escuelas deben desinfectarse dos veces al día contra AH1N1En Venezuela ya se reportan 60 fallecidos y 1.183 personas contagiadasLas vacaciones no amortiguaron al virus AH1N1. Al contrario: en la última semana, cuando aún las aulas están vacías, el Distrito Capital registró un incremento de 31,35% en los casos de personas contagiadas. A escala nacional, el aumento fue de 16,08%.Según el Ministerio de Salud, la nueva influenza ha causado 60 fallecidos y 1.183 enfermos, con algunos brotes importantes del virus, como el acontecido en Fuerte Tiuna, donde se han reportado 50 personas enfermas, por lo que el recinto militar ha debido restringir las visitas.A partir de mañana, un nuevo factor de riesgo puede impulsar la propagación de este peligroso virus pandémico.Se trata del inicio de clases, que eleva las concentraciones de niños y jóvenes que suelen ser, según los ha catalogado la Organización Mundial de la Salud, los mayores transmisores y receptores de la influenza. La recomendación es extremar las medidas de prevención e higiene en todos los centros educa- tivos.En Venezuela, las autoridades gubernamentales de salud y ante la inminencia del inicio de clases, que se combina con las lluvias, no han ofrecido un protocolo actualizado para los centros educativos.Sin embargo, los ministerios de otros países sí se han ocupado de difundir nuevas guías para mitigar el impacto del virus AH1N1 en la población infantil y adolescente. Entre las nuevas recomendaciones para guarderías, colegios e incluso universidades, se encuentra la necesidad de desinfectar dos veces al día, con jabón y detergente de uso común, algunas partes de las escuelas susceptibles de portar virus en sus superficies, como lo son mesas, sillas, picaportes, interruptores de luz, material escolar y didáctico, teclados y ratones de las computadoras, pupitres y baños. Todas las aulas deben airearse a diario y debe ampliarse, en lo posible, el espacio entre los pupitres o mesas donde se sientan los niños y evitar el intercambio de útiles escolares e incluso, suspender la existencia de material de uso común, como colores colocados en un solo recipiente para varios niños o marcadores de pizarra que usen varios a la vez.Otra recomendación es evitar el uso de alfombras o tapetes en zonas muy concurridas como aulas compartidas, auditorios y cantinas.A los padres y maestros se les recomienda insistir en inculcar, constantemente, aquellas medidas de higiene y prevención contra la influenza que, aunque ya se han dicho, deben ser recalcadas. La principal es lavarse las manos con frecuencia y por un lapso de entre 20 segundos y un minuto. En el caso de los estudiantes más pequeños, son los maestros quienes deben acompañarlos a lavarse las manos y difundir entre los padres la importancia de repetir este hábito en la casa. También debe difundirse entre todo el alumnado que eviten tocarse los ojos, la nariz y la boca y que, al toser o estornudar, usen siempre papel desechable para cubrirse, que luego debe ser tirado a la basura y, posteriormente, lavarse las manos.Hace falta establecer otras medidas estratégicas para garantizar un menor impacto del virus si entra a algún colegio o guardería. Primero, los maestros deben mantener y reforzar turnos de vigilancia en los recreos, en las cafeterías, para detectar algún niño con síntomas de gripe y para garantizar que se cumplan las medidas de higiene como que los niños no compartan alimentos, bebidas ni cubiertos.Es importante actualizar los datos de contacto con los padres para poder localizarlos en caso que un niño se enferme repentinamente y deba ser aislado y retirado de la escuela inmediatamente. Hay que establecer, también, un sistema de información de los casos que se produzcan en el recinto escolar.

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