martes, 29 de diciembre de 2009

Alma sin descanso

 

  

 

 

 

 

Por: Oswaldo Sujú Raffo - El pasado 17 de Diciembre se cumplieron 179 años de la muerte del General en Jefe Simón Bolívar, El Libertador, fundador de cinco Naciones y Héroe Epónimo de América. Ese triste día, a la una de la tarde, dejó de brillar y se apagó el Sol de Colombia. Falleció rodeado de pocos fieles amigos, adolorido mas que por su crisis pulmonar, por las crueles luchas fraticidas de los pueblos que libertó por su espada. Su postrera sentencia: “Cuando cesen los partidos, yo bajaré tranquilo al sepulcro” se mantiene como perenne exhortación, para todos nosotros. Solo pidió unión, integración, defensa de los valores primarios del ser humano y respeto a las Leyes, pero hoy como descarriados hijos no dignos de su gloria, permitimos las ofensas, agravios y burlas a su recuerdo y lo mas aberrante, el desconocimiento de su ideario por la Libertad y la Justicia. El Libertador, un año antes de su partida a la eternidad, ya había vislumbrado lo que sucedería, lo que sucedió y lo que actualmente sucede en su querida Venezuela. En una carta dirigida a Antonio Leocadio Guzmán, el 6 de Diciembre de 1829, le escribió: (Cito) “Si algunas personas interpretan mi modo de pensar y en él apoyan sus errores, me es bien sensible, pero inevitable; con mi nombre se quiere hacer en Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus disparates” (Fin de la cita) La cualidad visionaria de El Libertador, no tiene parangón en la Historia americana y nosotros en vez de mantener como faro de luz en las tinieblas, sus enseñanzas ciudadanas, permitimos que nos alejen de ellas y con nuestro silencio, somos culpables de las vejaciones a su gloria y a su legado. El tcnel. Dictador ha hecho lo que le da la gana con el ideario de Bolívar, lo interpreta a su libre albedrío y lo utiliza como mampara para sus desatinos. Hemos sido silentes y cómplices testigos de todas estas humillaciones al honor de nuestro Libertador. Compararlo con el “Chancho” Ché Guevara, asesino de cientos de cubanos; compararlo con el sátrapa Fidel Castro opresor por medio siglo de su pueblo; para colmo, se permite igualarse a El Libertador, en oleos, pancartas y afiches publicitados por esa horda de “jaletis” que lo rodean. ¿ Como se puede interpretar que la máxima Condecoración Nacional “ Libertador Simón Bolívar”, así la réplica de su Espada Libertaria, se le haya otorgado a dictadores, asesinos, incestuosos, terroristas y ladrones del erario publico y otros vicios? Todas estas ofensas a El Libertador, se quedan cortas con la reiterada violación de la Carta Magna de la República, con la destrucción de las Instituciones fundamentales del país, con la entrega de soberanía nacional y con la siembra del odio entre los venezolanos. ¡El Libertador no puede descansar en paz y se revuelca en su ataúd, por haber arado en el mar! Pero volvamos a ese triste epílogo del año 1830, en la hacienda San Pedro Alejandrino, en Santa Marta. Pocos días antes, el 6 de Diciembre, escribió su última carta de amor a la gran ilusión de toda su vida: Fanny Dervieu Villiers, que comenzaba así (Fragmentos): “Querida prima: ¿ Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro ?...y tú estas conmigo porque todos me abandonan, tú estas conmigo en los postreros latidos de la vida...Muero miserable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores. Te dejo mis recuerdos, mis tristezas y las lágrimas que no llegaron a verter mis ojos. Adiós, Fany todo ha terminado”. El día 10 de Diciembre, El Libertador dicta su Testamento en donde enfáticamente sostiene su fe religiosa (Fragmento): “...Creyendo y confesando como firmemente creo y confieso el alto y soberano Misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero; y en todos los demás misterios que cree, prédica y enseña nuestra Madre Iglesia, Católica, Apostólica y Romana, bajo cuya fe y creencia he vivido...” El día del ocaso del Sol de América, el Dr. Alejandro Prospero Reverend, su fiel médico de cabecera, emitió el Boletín 33, el último: “Desde las ocho hasta la una del día que ha fallecido S.E. El Libertador, todos los síntomas han señalado mas y mas la proximidad de la muerte. Respiración anhelosa, pulso apenas sensible, cara hipocrática, supresión total de orines. etc. A las doce empezó el ronquido y a la una en punto expiró el Excmo. Señor Libertador, después de una agonía larga pero tranquila. San Pedro, Diciembre 17 a la una del día.- Reverend-.” Con todas sus virtudes y defectos, su vida ejemplar nos llama a la reflexión y a cumplir los mandatos de su Ideario, para ser dignos herederos de su gloria y así, al fin pueda descansar en paz en esta Venezuela tuya, mía y nuestra. ¡Hasta luego!

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