viernes, 9 de enero de 2015

La carta de Mahoma a los cristianos

Los seguidores de las facciones más radicales del Islam están intentando aniquilar cualquier vestigio del cristianismo en Oriente Medio y en zonas de África donde la fe de Alá es mayoritaria. “Existe una conspiración para eliminar a los cristianos de Oriente Próximo”, denuncia Teodoro II, papa de la Iglesia Ortodoxa Copta.

“Defenderé su religión y su propiedad en cualquier sitio y modo en que se hallaren, de igual grado que lo haría por mí mismo, por mi religión, por mis allegados, y los cobijaré contra cualquier daño, imposición ilícita o responsabilidad ilegítima, defendiéndolos contra toda fuerza extranjera que pretenda atacarlos, con mi propia persona y todos los míos. Nunca se obligará a ningún sacerdote cristiano a renunciar a su investidura, ni a nadie a abandonar su culto, como tampoco se pondrá obstáculo a los monjes en el ejercicio de su profesión, ni serán forzados a desalojar sus conventos ni a suspender sus giras misioneras”.

“No se obligará a ningún cristiano a convertirse a la religión del islam, ni se le discutirá su creencia, debiendo ser tratados con misericordia y cariño, protegiéndolos contra toda lesión o prejuicio. En lo que respecta al matrimonio, no se obligará a una cristiana a casarse con un musulmán, por ser indispensable su previo consentimiento; y en caso de realizarse esta unión, deberá el marido dejar en libertad a la esposa para practicar su culto de acuerdo a la orientación de sus jefes espirituales, de cuyas normas tomará ejemplo, sin obligarla en ningún caso a abjurar de su religión”.

“Todo acto contrario a estos postulados está violando la promesa de Dios y la palabra de su Profeta. Por medio de esta promesa les concedo las mismas garantías de que gozan los musulmanes, asumiendo la obligación de protegerlos contra todo inconveniente y proveer a su beneficio, para que sean verdaderos ciudadanos solidarios en los derechos y deberes comunes. Este es un mandato ineludible contraído por el profeta Mahoma en su propio nombre y en el de todos los musulmanes, a cuya observancia se obligan de modo estricto hasta el día de la resurrección y terminación del mundo”.

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