Este jueves 17 de septiembre, Hugo Chávez, anunció que iniciaba una "reestructuración del Gobierno" para darle mayor "cohesión y convertirlo en un ente más político que administrativo", el cual pasa por la creación de seis nuevas vicepresidencias y un secretario permanente del Consejo de Ministros. Con la reestructuración anunciada se concreta otra violación a la Constitución nacional, que sólo contempla la figura de una (1) Vicepresidencia Ejecutiva, creada en 1999 luego de la promulgación de la nueva Constitución Nacional. Adicionalmente, la creación de estas seis nuevas vicepresidencias va en contraposición al mandato de los venezolanos que mayoritariamente se expresaron en contra del proyecto de reforma a la Constitución en 2007.Por otro lado, este nuevo abultamiento de la burocracia chavista, entierra aún más en el olvido la promesa electoral de Hugo Chávez, quien juró hace unos once años que reduciría la carga de la República, y llevaría el número de ministerios, de los 16 existentes para 1998, a "no más de 10 u 11". Lejos ha quedado esa meta. Por el contrario, en la actualidad la carga burocrática se ha abultado exponencialmente.Para comenzar, el número de despachos ministeriales habilitados en el Presupuesto Nacional de 2009, ascendía a 34, sin contar a los cinco poderes públicos con autonomía funcional que la integran y que también impactan el Presupuesto. A esto se le suma un sin fin de entes e instituciones públicas descentralizadas, así como el creciente número de empresas públicas, de toda índole y tamaño, que se le han ido agregando a la maquinaria estatal, gracias a las estatizaciones, nacionalizaciones y confiscaciones bolivarianas. El Estado también financia la descomunal estructura que constituyen las "misiones". Con estas misiones el Gobierno maneja, con criterios políticos, populistas y proselitistas, aspectos vitales para la población como salud, alimentación y educación bajo la égida del Gobierno dictatorial de Fidel Castro. En la práctica esta estructura se semeja a un Estado paralelo, casi imposible de cuantificar, y mucho menos de auditar, además de que no ha subsanado los problemas existentes en esas áreas. Apartando todo lo que este incremento desproporcionado de la burocracia impacta a la economía nacional y en el bolsillo de cada venezolano, preocupa lo que podrían significar estas nuevas estructuras para los gobiernos regionales y municipales legalmente constituidos. En especial, aquéllos que están al mando de la alianza democrática por voluntad popular. La duda se plantea porque en el espíritu de la reforma constitucional rechazada por mayoría de los venezolanos, estas estructuras estaban llamadas a ponerse por encima de los gobernadores. Sus objetivos eran meramente políticos y estaban dirigidos a instituir una nueva geometría del poder al mando de Hugo Chávez. Todo indica que el Gobierno seguirá profundizando su agenda política, privilegiándola por sobre las ingentes necesidades económicas y sociales de los venezolanos, además de que persistirá en su afán centralizador de poder hegemónico. Por lo menos así se deduce de las palabras del mandatario, cuando afirmó que la reestructuración busca convertir al Consejo de Ministros "en un ente político, no meramente administrativo" "que presidiré siempre YO". Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m.
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