sábado, 2 de noviembre de 2013

Comunicación de la esposa de Iván Simonovis


Comunicación de la esposa de Iván Simonovis


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Bony Pertíñez de Simonovis
/ Soberania.org
Esta semana se cumplen tres meses de haber realizado la cuarta solicitud de ¨Medida Humanitaria¨ para mi esposo Iván Simonovis, quien ha sido médicamente evaluado en 11 oportunidades, ha sido visto por médicos privados, médicos forenses del CICPC, médicos del SEBIN, médicos forenses de la Fiscalía y médicos del Hospital Militar. Se le diagnosticaron 19 patologías, siendo que el 26 de Julio de este año, debido a la demora en el diagnóstico de médicos integrales, que no los médicos de su confianza, se le perforó la vesícula biliar, produciéndole peritonitis con gangrena vesicular e infección interna, todo lo cual pudo haberle costado la vida. Su condición llegó al extremo de tener que ser operado de emergencia extrema en el Hospital Militar. A esto le siguieron 11 días de hospitalización.
La salud de mi esposo se encuentra seriamente comprometida. Su deterioro es progresivo y paulatino y lo que le ocurrió es solo una “campanada de alerta” que no hace sino evidenciar que su organismo está enfermo y que está en crisis. En la cárcel donde se encuentra recluido no existe la posibilidad cierta y real de recibir los tratamientos médicos que su enfermo cuerpo requiere, y tememos que ocurran nuevos episodios como los que se le acaban de presentar.
Han pasado meses y mi esposo sigue sin recibir el tratamiento médico que se le indicó para combatir la osteoporosis. No existen en Cenapromil los equipos médicos adecuados para que le sea tratada, ni tampoco médicos dispuestos para atenderlo, pues no cuentan con los implementos mínimos indispensables para su tratamiento. Temo fundadamente que la osteoporosis hará crisis de un momento a otro y no hay que olvidar que la gravedad de esa enfermedad es tal que puede ocasionarle la muerte en caso de sufrir una fractura, así sea “amarrándose los zapatos”, como lo certificó el propio Médico Forense que lo atendió y que rindió declaración en este Tribunal.
Si bien desde que llegó a Cenapromil ha sido expuesto a la luz solar, no le ha sido aplicado el tratamiento recomendado por sus médicos tratantes, pues en Cenapromil no se cuenta con el personal especializado ni los equipos médicos necesarios para ello. Y esta situación se ha venido prolongando en el tiempo pese a que al Tribunal se le ha denunciado. Mi esposo tampoco ha recibido el tratamiento médico adecuado por las otras afecciones que también fueron certificadas por el propio Médico Forense, en especial su Esofagitis.
La condición física de mi esposo trasciende las creencias políticas. Tanto que hasta el Ex Vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, ha exhortado al poder ejecutivo y judicial para que intercedan a favor de la medida humanitaria, permitiéndole con esto llevar a cabo el tratamiento cabal, que por sus condiciones de reclusión no ha logrado. La Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, ha declarado a los medios de comunicación que la Fiscalía no se opondría ante una eventual medida humanitaria. Sin embargo la juez 1ro. de Ejecución del Edo. Aragua, Ada Marina De Armas sigue sin pronunciarse sobre esta petición de la defensa, por el contrario la retarda cada vez más. De hecho informó a los abogados de la defensa que solicitaría un nuevo informe de una Junta Medica Militar y ha anunciado que esta semana tampoco decidiría, por cuanto dedicará su tiempo a atender el plan “Cayapa” organizado por el Ministerio Carcelario.
Mi esposo ha demostrado templada voluntad, inflexible espíritu, ánimo indestructible, pero tras 9 años de prisión, 19 patologías médicas y una constante postura gubernamental negada a escuchar las condiciones de su caso, su salud se ha visto seriamente comprometida. Luego de la intervención quirúrgica ha perdido 8 kilos de peso y más del 50 % de su capacidad física. A pesar de esto lucha afanosamente por recuperar el temperamento, un mínimo razonable de su estado natural.
Me pregunto: ¿Hasta cuándo soportará Iván Simonovis esta refinada y sádica venganza? ¿Se pasean los que tienen en sus manos su caso por lo que significaría que muriera en la cárcel? Iván Simonovis ESTÁ MURIENDO LENTAMENTE y las medidas hasta ahora adoptadas por la justicia venezolana no contribuyen ni contribuirán a su recuperación. Son insuficientes!!!
¿Qué más tiene que ocurrir para que se entienda, de una vez por todas, que Iván Simonovis está gravemente enfermo y que es urgente que él sea debidamente tratado de todas las patologías que presenta, en un sitio apto y adecuado? La ley prevé salidas, medidas humanitarias que permitan que mi esté en casa con su familia y con un tratamiento de salud apropiado. El Tribunal de Ejecución debe otorgarle una MEDIDA HUMANITARIA, o, al menos, un ARRESTO DOMICILIARIO en nuestro hogar, con el fin de poder ser tratado debidamente de todas las afecciones físicas que sufre en la actualidad.
Iván Simonovis, a no dudar, está siendo sometido a un trato cruel, inhumano y degradante por no permitírsele ser tratado médicamente de manera eficaz, oportuna y adecuada. Este trato, que se erige en una especie de tortura, ha de cesar de inmediato. Poder asistir a un hospital y ser tratado por médico de su confianza, es un derecho humano fundamental contemplado en tratados internacionales suscritos por Venezuela. El precario estado de salud de Iván Simonovis es responsabilidad del Estado venezolano; y es evidente que él y nosotros, su familia estamos siendo víctimas de torturas psicológicas y en el caso personal de él, también físicas.
La suerte que tenga la vida de Iván Simonovis descansa sobre una justicia bizarra e impredecible. No es demasiado tarde para rescatar a mi esposo, de esa vida desmantelada por los males de su injusta prisión. Es un caso de humanidad.
Bony Pertíñez de Simonovis

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