Comunicación de la esposa de Iván Simonovis
Por
favor divulgar
Esta semana se cumplen tres meses de haber
realizado la cuarta solicitud de ¨Medida Humanitaria¨ para mi
esposo Iván Simonovis, quien ha sido médicamente evaluado en 11
oportunidades, ha sido visto por médicos privados, médicos forenses del
CICPC, médicos del SEBIN, médicos forenses de
la Fiscalía y médicos del Hospital Militar. Se
le diagnosticaron 19 patologías, siendo que el 26 de Julio de este año, debido a
la demora en el diagnóstico de médicos integrales, que no los médicos de su
confianza, se le perforó la vesícula biliar, produciéndole peritonitis
con gangrena vesicular e infección interna, todo lo cual pudo haberle costado la
vida. Su condición llegó al extremo de tener que ser operado de
emergencia extrema en el Hospital Militar. A esto le siguieron
11 días de hospitalización.
La salud de mi esposo se encuentra
seriamente comprometida. Su deterioro es progresivo y paulatino y lo que le
ocurrió es solo una “campanada de alerta” que no hace sino
evidenciar que su organismo está enfermo y que está en crisis. En la cárcel
donde se encuentra recluido no existe la posibilidad cierta y real de recibir
los tratamientos médicos que su enfermo cuerpo requiere, y tememos que ocurran
nuevos episodios como los que se le acaban de presentar.
Han pasado meses y mi
esposo sigue sin recibir el tratamiento médico que se le indicó para combatir la
osteoporosis. No existen en Cenapromil los equipos médicos
adecuados para que le sea tratada, ni tampoco médicos dispuestos para atenderlo,
pues no cuentan con los implementos mínimos indispensables para su tratamiento.
Temo fundadamente que la osteoporosis hará crisis de un momento a otro y no hay
que olvidar que la gravedad de esa enfermedad es tal que puede ocasionarle la
muerte en caso de sufrir una fractura, así sea “amarrándose los
zapatos”, como lo certificó el propio Médico Forense
que lo atendió y que rindió declaración en este
Tribunal.
Si bien desde que llegó a
Cenapromil ha sido expuesto a la luz solar, no le ha sido
aplicado el tratamiento recomendado por sus médicos tratantes, pues en
Cenapromil no se cuenta con el personal especializado ni los
equipos médicos necesarios para ello. Y esta situación se ha venido prolongando
en el tiempo pese a que al Tribunal se le ha denunciado. Mi
esposo tampoco ha recibido el tratamiento médico adecuado por las otras
afecciones que también fueron certificadas por el propio Médico
Forense, en especial su Esofagitis.
La condición física de mi
esposo trasciende las creencias políticas. Tanto que hasta el Ex
Vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, ha exhortado al
poder ejecutivo y judicial para que intercedan a favor de la medida humanitaria,
permitiéndole con esto llevar a cabo el tratamiento cabal, que por sus
condiciones de reclusión no ha logrado. La Fiscal General, Luisa Ortega
Díaz, ha declarado a los medios de comunicación que la
Fiscalía no se opondría ante una eventual medida humanitaria.
Sin embargo la juez 1ro. de Ejecución del Edo. Aragua, Ada Marina De
Armas sigue sin pronunciarse sobre esta petición de la defensa, por el
contrario la retarda cada vez más. De hecho informó a los abogados de la defensa
que solicitaría un nuevo informe de una Junta Medica Militar y
ha anunciado que esta semana tampoco decidiría, por cuanto dedicará su tiempo a
atender el plan “Cayapa” organizado por el Ministerio
Carcelario.
Mi esposo ha demostrado
templada voluntad, inflexible espíritu, ánimo indestructible, pero tras 9 años
de prisión, 19 patologías médicas y una constante postura gubernamental negada a
escuchar las condiciones de su caso, su salud se ha visto seriamente
comprometida. Luego de la intervención quirúrgica ha perdido 8 kilos de
peso y más del 50 % de su capacidad física. A pesar de esto lucha afanosamente
por recuperar el temperamento, un mínimo razonable de su estado
natural.
Me
pregunto: ¿Hasta cuándo soportará Iván Simonovis esta refinada y sádica
venganza? ¿Se pasean los que tienen en sus manos su caso por lo que significaría
que muriera en la cárcel? Iván Simonovis ESTÁ MURIENDO LENTAMENTE y las medidas
hasta ahora adoptadas por la justicia venezolana no contribuyen ni contribuirán
a su recuperación. Son insuficientes!!!
¿Qué más tiene que ocurrir
para que se entienda, de una vez por todas, que Iván Simonovis está gravemente
enfermo y que es urgente que él sea debidamente tratado de todas las patologías
que presenta, en un sitio apto y adecuado? La ley prevé salidas,
medidas humanitarias que permitan que mi esté en casa con su familia y con un
tratamiento de salud apropiado. El Tribunal de Ejecución debe
otorgarle una MEDIDA HUMANITARIA, o, al menos, un
ARRESTO DOMICILIARIO en nuestro hogar, con el fin de poder ser
tratado debidamente de todas las afecciones físicas que sufre en la
actualidad.
Iván Simonovis, a no dudar,
está siendo sometido a un trato cruel, inhumano y degradante por no permitírsele
ser tratado médicamente de manera eficaz, oportuna y adecuada. Este
trato, que se erige en una especie de tortura, ha de cesar de inmediato. Poder
asistir a un hospital y ser tratado por médico de su confianza, es un derecho
humano fundamental contemplado en tratados internacionales suscritos por
Venezuela. El precario estado de salud de Iván
Simonovis es responsabilidad del Estado venezolano; y es evidente que él y
nosotros, su familia estamos siendo víctimas de torturas psicológicas y en el
caso personal de él, también físicas.
La suerte que
tenga la vida de Iván Simonovis descansa sobre una justicia bizarra e
impredecible. No es demasiado tarde para rescatar a mi esposo, de esa vida
desmantelada por los males de su injusta prisión. Es un caso de
humanidad.
Bony
Pertíñez de Simonovis
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